Los Millonarios de Cristo
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Con la muerte del cofundador y guía de la poderosa orden de los Legionarios de Cristo, el pasado 30 de enero, comienza una batalla judicial para que ésta responda por los 91 testimonios de las víctimas de pederastia de Marcial Maciel Degollado, en los que presuntamente estuvo involucrada al incurrir en los delitos de encubrimiento y asociación delictuosa.
También se desenvolverá otra contienda más terrenal que religiosa para que el Vaticano abra la causa de la canonización del legionario muy allegado a los presidentes mexicanos, desde Miguel Alemán Valdés hasta Vicente Fox Quesada, a favor del cual cabildeó ante Juan Pablo II para que anulara el matrimonio con Lillian de la Concha Estrada y pudiera, así, casarse con Martha María Sahagún Jiménez –cofundadora en Celaya, Guanajuato, de Regnum Christi, brazo laico de la legión--, objetivo en el que fracasó Maciel.
Ratificada por Benedicto XVI la existencia del infierno, no resulta exagerado encuadrar la batalla judicial y religiosa, política y mediática, entre los extremos del primero y la gloria.
Para acceder a la gloria, el de Cotija de la Paz, Michoacán --donde pasó inadvertida su muerte-- cuenta aún a su favor con el imperio que construyó: 500 sacerdotes de 40 nacionalidades en 20 países, 2 mil 500 seminaristas y un ejército de 50 mil integrantes de su brazo secular, amén de 10 universidades y 145 colegios en la aldea global. Y tienen la vista puesta en la República Popular China.
La orden cuenta, sobre todo, con excelentes relaciones políticas, que comenzó a tejer con Francisco Franco Bahamonde, pasan por la multimillonaria familia real, se extienden a la crema y nata de los hombres y mujeres de la economía, las finanzas y la política de España y México, pero también de Estados Unidos, Chile, Irlanda e Italia.
Favorecerá al proceso de la canonización de Maciel Degollado, que anuncia el sacerdote legionario Juan Pablo Ledesma, el hecho de que todos los fundadores de órdenes religiosas se encuentran en los altares. Además de que a Maura Degollado Guízar, madre de Maciel, el Vaticano ya le dio el rango de “sierva de Dios” y canonizó a Rafael Guízar y Valencia, tío de aquél. Sin olvidar que, como dice Alejandro Espinosa, autor de Marcial Maciel, el ilusionista-- “En el Vaticano muchas cosas se mueven con dinero, algo que les sobra a los Legionarios.” (Proceso, 3-II-08, pp. 6-15).
Frente al centenar de testimonios de abuso sexual a lo largo de 45 años, combinados con la adicción a drogas, a Joseph Ratzinguer sólo se le ocurrió, el 19 de mayo de 2006, “castigar” al presunto pederasta con “llevar una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público”.
Y obediente, dice el vocero de los Legionarios de Cristo en México, Javier Bravo, “acató todas sus disposiciones”, pero omite que entre viajes a Roma y Houston, Texas, instalado en su lujosa residencia ubicada sobre una loma y desde la que dominaba el pueblo donde nació en 1920, y forjó desde la infancia una estrecha amistad con Alberto Sahagún de la Parra, padre de Martha María.
Fallecido Maciel Degollado --el hombre que recibió 50 millones de dólares en donativos de parte de Flora Barragán, a la que abandonó a su suerte tras esquilmarla durante medio siglo, al decir de la hija Flora Garza Barragán, de San Pedro Garza García, Nuevo León--, seguirá librando batallas no tanto para lavar su pésima imagen como para que la institución que forjó –“una orden clandestina que está más cerca de los negocios que la religión”, asegura Alfonso Torres Robles a Proceso-- se libere del pesado fardo que le heredó su guía y líder.
Seguramente los agraviados se ocuparán de que suceda todo lo contrario para obtener justicia.
Con la muerte del cofundador y guía de la poderosa orden de los Legionarios de Cristo, el pasado 30 de enero, comienza una batalla judicial para que ésta responda por los 91 testimonios de las víctimas de pederastia de Marcial Maciel Degollado, en los que presuntamente estuvo involucrada al incurrir en los delitos de encubrimiento y asociación delictuosa.
También se desenvolverá otra contienda más terrenal que religiosa para que el Vaticano abra la causa de la canonización del legionario muy allegado a los presidentes mexicanos, desde Miguel Alemán Valdés hasta Vicente Fox Quesada, a favor del cual cabildeó ante Juan Pablo II para que anulara el matrimonio con Lillian de la Concha Estrada y pudiera, así, casarse con Martha María Sahagún Jiménez –cofundadora en Celaya, Guanajuato, de Regnum Christi, brazo laico de la legión--, objetivo en el que fracasó Maciel.
Ratificada por Benedicto XVI la existencia del infierno, no resulta exagerado encuadrar la batalla judicial y religiosa, política y mediática, entre los extremos del primero y la gloria.
Para acceder a la gloria, el de Cotija de la Paz, Michoacán --donde pasó inadvertida su muerte-- cuenta aún a su favor con el imperio que construyó: 500 sacerdotes de 40 nacionalidades en 20 países, 2 mil 500 seminaristas y un ejército de 50 mil integrantes de su brazo secular, amén de 10 universidades y 145 colegios en la aldea global. Y tienen la vista puesta en la República Popular China.
La orden cuenta, sobre todo, con excelentes relaciones políticas, que comenzó a tejer con Francisco Franco Bahamonde, pasan por la multimillonaria familia real, se extienden a la crema y nata de los hombres y mujeres de la economía, las finanzas y la política de España y México, pero también de Estados Unidos, Chile, Irlanda e Italia.
Favorecerá al proceso de la canonización de Maciel Degollado, que anuncia el sacerdote legionario Juan Pablo Ledesma, el hecho de que todos los fundadores de órdenes religiosas se encuentran en los altares. Además de que a Maura Degollado Guízar, madre de Maciel, el Vaticano ya le dio el rango de “sierva de Dios” y canonizó a Rafael Guízar y Valencia, tío de aquél. Sin olvidar que, como dice Alejandro Espinosa, autor de Marcial Maciel, el ilusionista-- “En el Vaticano muchas cosas se mueven con dinero, algo que les sobra a los Legionarios.” (Proceso, 3-II-08, pp. 6-15).
Frente al centenar de testimonios de abuso sexual a lo largo de 45 años, combinados con la adicción a drogas, a Joseph Ratzinguer sólo se le ocurrió, el 19 de mayo de 2006, “castigar” al presunto pederasta con “llevar una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público”.
Y obediente, dice el vocero de los Legionarios de Cristo en México, Javier Bravo, “acató todas sus disposiciones”, pero omite que entre viajes a Roma y Houston, Texas, instalado en su lujosa residencia ubicada sobre una loma y desde la que dominaba el pueblo donde nació en 1920, y forjó desde la infancia una estrecha amistad con Alberto Sahagún de la Parra, padre de Martha María.
Fallecido Maciel Degollado --el hombre que recibió 50 millones de dólares en donativos de parte de Flora Barragán, a la que abandonó a su suerte tras esquilmarla durante medio siglo, al decir de la hija Flora Garza Barragán, de San Pedro Garza García, Nuevo León--, seguirá librando batallas no tanto para lavar su pésima imagen como para que la institución que forjó –“una orden clandestina que está más cerca de los negocios que la religión”, asegura Alfonso Torres Robles a Proceso-- se libere del pesado fardo que le heredó su guía y líder.
Seguramente los agraviados se ocuparán de que suceda todo lo contrario para obtener justicia.