Tamaulipas: la traición calderonista
Felipe Calderón (FeCAL) sabe corresponder. Si en 2006 recibió en Tamaulipas apoyo priista en la elección presidencial, ahora desde Los Pinos –y con el aval del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN– no hizo nada contra el monopolio político del PRI en el estado, a pesar de las peticiones y reclamos de un panismo local amedrentado, junto con otros opositores, por el “activismo electoral” del narcotráfico, señala el número 1624 de Proceso.
Saboteado desde la dirigencia nacional, el panismo local, de por sí dividido, identifica a varios de los responsables: el propio Felipe Calderón; Abraham González, subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, y Enrique Navarro, secretario de Fortalecimiento Interno del CEN que hasta el pasado 8 de diciembre presidió Manuel Espino.
Su sucesor, Germán Martínez, recibió directamente los duros reclamos del panismo tamaulipeco el pasado 20 de octubre, durante la gira que hizo en su campaña por la presidencia de Acción Nacional. En una reunión con consejeros nacionales del PAN de la entidad, escuchó las condenas a los acuerdos de Calderón con el gobernador Eugenio Hernández y Elba Esther Gordillo, y el señalamiento de que tales pactos se hicieron a costa de la impunidad.
Ofendidos por las intimidaciones del narcotráfico, que hasta entonces les habían impedido la postulación de tres aspirantes con arraigo –en Ciudad Mier, Nuevo Guerrero y Reynosa, aunque en el último caso el candidato decidió finalmente inscribirse–, los consejeros le reprocharon la pasividad del gobierno federal y aseguraron que los operativos en Tamaulipas eran “una farsa”, alimentada sólo cuando Calderón visitaba el estado, publica Proceso en su número 1624.
Saboteado desde la dirigencia nacional, el panismo local, de por sí dividido, identifica a varios de los responsables: el propio Felipe Calderón; Abraham González, subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, y Enrique Navarro, secretario de Fortalecimiento Interno del CEN que hasta el pasado 8 de diciembre presidió Manuel Espino.
Su sucesor, Germán Martínez, recibió directamente los duros reclamos del panismo tamaulipeco el pasado 20 de octubre, durante la gira que hizo en su campaña por la presidencia de Acción Nacional. En una reunión con consejeros nacionales del PAN de la entidad, escuchó las condenas a los acuerdos de Calderón con el gobernador Eugenio Hernández y Elba Esther Gordillo, y el señalamiento de que tales pactos se hicieron a costa de la impunidad.
Ofendidos por las intimidaciones del narcotráfico, que hasta entonces les habían impedido la postulación de tres aspirantes con arraigo –en Ciudad Mier, Nuevo Guerrero y Reynosa, aunque en el último caso el candidato decidió finalmente inscribirse–, los consejeros le reprocharon la pasividad del gobierno federal y aseguraron que los operativos en Tamaulipas eran “una farsa”, alimentada sólo cuando Calderón visitaba el estado, publica Proceso en su número 1624.