Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos
La histórica frase atribuida a Porfirio Díaz, nunca ha dejado de ser cierta; salvo la época independentista en la que nuestros vecinos distantes no tuvieron la mínima intervención y nuestros trastornos en el desarrollo hacia una Nación a plenitud lo debemos atribuir a la lucha entre: criollos, mestizos, indígenas, conservadores y liberales quienes pusieron intereses sectarios por encima de los nacionales.
Sin pretender un análisis de la influencia norteamericana en los asuntos internos de nuestra Nación ,es preciso reconocer que desde la intervención armada en que nos despojaron de la mitad del territorio, su presencia ha sido constante y lesiva ;con excepciones circunstanciales, como la segunda guerra mundial que permitió pensamientos nacionalistas y la expropiación petrolera , sentimientos que gradualmente han sido sometido a los intereses del imperio, en la misma forma en que se pretende revertir la gesta expropiatoria ejemplo universal de defensa de los intereses nacionales que siguen hoy nuestros hermanos en Latinoamérica:
Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador y Venezuela
Los presidentes de la República después de Lázaro Cárdenas, han tenido que recibir el beneplácito de la embajada americana, requisito sin el cual no hubieran llegado nunca Vicente Fox y Felipe Calderón , el triunfo seudo panista fue atribuido a la corrupción que caracterizó a los gobiernos post revolucionarios, que no ha mejorado nada con los del cambio gatopardista, y sólo ha servido para perpetuar la influencia imperial nefasta con su famosa expresión “Estados Unidos no tiene amigos sólo intereses “dixit F.Dulles).
Nuestro país se encuentra en el filo de la navaja, el imperio nunca como ahora ha enfrentado mayor crisis, su “destino manifiesto”, producto de la explotación universal, se encuentra; como históricamente lo han sido los poderes hegemónicos en proceso de descomposición; ojalá su pueblo y vanguardia progresista sean capaces de enmendar el camino por el bien universal y de nosotros sus vecinos pobres a los que siempre nos han despreciado y humillado y quienes con terquedad nos empeñamos en llamarlos buenos vecinos, cruzamos la frontera legal o ilegalmente, los primeros con propósitos consumistas, los segundos con el “sueño americano” que se vuelve pesadilla; si unos y otros aprendiéramos a tener amor a nuestra patria, otro gallo nos cantaría, nuestros vecinos distantes respetan la dignidad, cerremos con ella nuestra frontera norte antes de que, como lo están haciendo con su infame muro, nos den con la puerta en las narices.
Sin pretender un análisis de la influencia norteamericana en los asuntos internos de nuestra Nación ,es preciso reconocer que desde la intervención armada en que nos despojaron de la mitad del territorio, su presencia ha sido constante y lesiva ;con excepciones circunstanciales, como la segunda guerra mundial que permitió pensamientos nacionalistas y la expropiación petrolera , sentimientos que gradualmente han sido sometido a los intereses del imperio, en la misma forma en que se pretende revertir la gesta expropiatoria ejemplo universal de defensa de los intereses nacionales que siguen hoy nuestros hermanos en Latinoamérica:
Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador y Venezuela
Los presidentes de la República después de Lázaro Cárdenas, han tenido que recibir el beneplácito de la embajada americana, requisito sin el cual no hubieran llegado nunca Vicente Fox y Felipe Calderón , el triunfo seudo panista fue atribuido a la corrupción que caracterizó a los gobiernos post revolucionarios, que no ha mejorado nada con los del cambio gatopardista, y sólo ha servido para perpetuar la influencia imperial nefasta con su famosa expresión “Estados Unidos no tiene amigos sólo intereses “dixit F.Dulles).
Nuestro país se encuentra en el filo de la navaja, el imperio nunca como ahora ha enfrentado mayor crisis, su “destino manifiesto”, producto de la explotación universal, se encuentra; como históricamente lo han sido los poderes hegemónicos en proceso de descomposición; ojalá su pueblo y vanguardia progresista sean capaces de enmendar el camino por el bien universal y de nosotros sus vecinos pobres a los que siempre nos han despreciado y humillado y quienes con terquedad nos empeñamos en llamarlos buenos vecinos, cruzamos la frontera legal o ilegalmente, los primeros con propósitos consumistas, los segundos con el “sueño americano” que se vuelve pesadilla; si unos y otros aprendiéramos a tener amor a nuestra patria, otro gallo nos cantaría, nuestros vecinos distantes respetan la dignidad, cerremos con ella nuestra frontera norte antes de que, como lo están haciendo con su infame muro, nos den con la puerta en las narices.