POR LA BOCA MUERE EL PEZ
emeequis
En emeequis le hemos tomado la palabra a Vicente Fox y revisamos sus declaraciones patrimoniales. Los resultados arrojan sorpresas adicionales porque hasta ahora nadie se había metido a escudriñarlas. Al hacerlo, la liebre salta. Hay violaciones a la ley, acompañadas de huellas de un enriquecimiento súbito: ingresos inexplicables, cobro ilegal de seguro de separación del cargo por dos años consecutivos, ganancias millonarias obtenidas en su calidad de accionista de diversas empresas familiares, cuando la Constitución lo prohíbe expresamente; versiones originales y clones pirata de sus declaraciones. Todo un rosario de irregularidades. Véalas a detalle.
I.– El hombre del que últimamente se habla mucho en México entregó declaraciones patrimoniales que lo inculpan. Quién sabe si cuando las redactó, bajo protesta de decir la verdad, supo que mentía, pero el hecho es irrebatible: violó la Constitución y la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de Servidores Públicos.
No es ninguna exageración: Vicente Fox pudo ser, al mismo tiempo, Presidente y empresario.
Por “actividad industrial y/o comercial” y “otros” que no explicó, Fox recibió durante su sexenio 14 millones 792 mil pesos.
Por su ejercicio como Presidente ganó 13 millones 249 mil pesos.
No había duda: le convenía seguir como accionista en sus empresas.
Además, tuvo otros privilegios: cobrar dos veces un seguro de retiro, aunque no perdiera su empleo en Los Pinos. Y le fue permitido abstenerse de explicar de dónde obtenía ciertos ingresos.
Fue capaz de difundir una versión de sus declaraciones patrimoniales en la página de la Presidencia y entregar otra a la Secretaría de la Función Pública. De hecho, poco se esmeró en cuadrar sus ingresos y bienes: hay dinero que sobra o que falta.
Para eso era el Presidente.