EL PROzac SALIO MAS MANO LARGA QUE LOS PRESIDENTES DEL PRI
miércoles, 04 de abril de 2007
* Determinó solicitar a CONACULTA el manejo que dio a sus donativos después de que la Cuenta Pública del 2005 NO no presentó datos específicos / El principal beneficiario fue el Fideicomiso Biblioteca de México "José Vasconcelos", con 281 millones de pesos
* CONACULTA, la instancia que manejó Sarí Bermúdez, manejó de manera irregular los donativos que otorgó durante el 2005.
* La Auditoría Superior de la Federación detectó que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes manejó de manera irregular los donativos que otorgó durante el 2005
* Entre las anomalías reportó que el organismo que dirigió Sari Bermúdez NO mostró datos específicos sobre los montos otorgados ni control sobre los beneficiarios de los mismos
MEXICO, D.F., 3 de abril (LA JORNADA).- La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) manejó de manera irregular los donativos que otorgó durante el 2005. Entre las anomalías reportó que el organismo no mostró datos específicos sobre los montos otorgados ni control sobre los beneficiarios de los mismos. Por ejemplo, presentó una primera lista con 181 beneficiarios por 221 millones 243 mil 900 pesos, y posteriormente sustituyó dicho listado con 171 favorecidos, pero sin modificar la cantidad ejercida, aunque con "diferencias en el monto y número", tanto de las unidades administrativas que los otorgaron, como de los apoyados.
Frente a estos errores, que fueron abordados en un encuentro de aclaración entre las partes, la ASF evidenció en su reporte que la Dirección de Planeación, Programación y Presupuesto, como parte de la Dirección General de Administración del Consejo, les entregó un listado más, pero con "los mismos datos" del inicial.
El órgano fiscalizador también le cuestionó a CONACULTA que en lugar de informar sobre los donativos que recibió hace dos años, notificara sobre los que otorgó, los cuales representaron el 31.5 por ciento del total de los brindados por el sector público durante ese ejercicio, los cuales ascendieron a 702 millones 854 mil 300 pesos. La ASF detalló que de acuerdo con los resultados de las auditorías realizadas, el principal beneficiario de la instancia que manejó Sarí Bermúdez fue el Fideicomiso Biblioteca de México "José Vasconcelos", con 281 millones de pesos, seguido por el Festival Cervantino con 169.7 millones; el Museo Biblioteca del Centro Cultural de León Guanajuato, con 166.1 millones y los destinados a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes al Centro Cultural Polifórum en Guanajuato (149.4 millones), Artescénica (50.05 millones), Programa Ciudades Mexicanas Patronato Mundial (40 millones) y el Programa 20 Proyecto, Fomento y Coinversiones Culturales (21.9 millones de pesos).
Resaltó que determinó solicitar a CONACULTA el manejo que dio a sus donativos, después de que la Cuenta Pública de 2005 no presentara datos específicos al respecto.
Sin embargo, los documentos entregados por el Consejo evidenciaron ante la ASF, tal y como se asienta en su más reciente informe, que "el control interno de donativos es deficiente (en CONACULTA) debido a las diferencias en los listados de beneficiarios proporcionados por la Dirección General de Administración, y dado que a la fecha de presentación de los resultados preliminares no tenía precisión sobre los registros definitivos del ejercicio 2005". Ante ello, afirmó, "no existe certeza en el monto de los donativos otorgados a cada uno de los beneficiarios, ni de las unidades administrativas que los proporcionaron en ese año".
Demostró que a partir de los listados que le fueron proporcionados, en 26 casos coincidieron los beneficiarios pero "no los montos reportados"; ocho sólo estuvieron anotados en la segunda lista y 11 aparecieron en la número tres, pero no en el previo.
También, "que el nombre de los beneficiarios se utiliza de forma indistinta, ya que en las dos primeras relaciones un mismo beneficiario tiene diferentes denominaciones e inclusive, en un caso se registró como tal a la persona que tramitó el donativo".
Además, al verificar con las unidades administrativas, la información proporcionada en la última lista, la ASF detectó que sólo en tres casos de diez coincidieron el número de beneficiarios, pero no el monto de lo otorgado a cada uno, y en los otros "no hubo coincidencia alguna".
La Auditoría Superior de la Federación dejó en claro que en la revisión de los documentos denominados "saldos por comprobar al 31 de diciembre de 2005" no se encontró el concepto de donativos, "por tal motivo no es posible identificar los montos que se ministraron a las unidades administrativas para ese concepto". Advirtió, asimismo, que "al carecer de un control a nivel de presupuesto original, modificado, ministrado y comprobado, se dificulta dar seguimiento a los recursos por unidad administrativa y por partida, y al gasto específico que dichas instancias deben comprobar".
De tal suerte, determinó que en consecuencia, "el registro por donativo y la finalidad de estos recursos no son transparentes. Es decir, existe un elevado grado de opacidad en su administración".