AHORA EL URSURPADOR NOS SALE CON LA JALADA DE ENCUESTAS TELEFONICAS
Siempre
Conrado Trapero Rivas
Guadalajara.- Domingo, 17:00 hrs. Suena el teléfono y una voz femenina, amablemente estudiada, me informa que está realizando una encuesta para el Plan Nacional de Desarrollo, encuesta telefónica —afirma— que no durará más de cuatro minutos. ¿Está usted de acuerdo? Le digo que sí, y se arranca en primera.
—¿Qué le recomendaría al presidente Calderón para que México mejorara?
¿Así de entrada? Aquí mi nivel de satisfacción se elevó hasta el Topos Uranos. ¡Imagínense, yo, recomendándole al presidente Calderón la solución y el destino de la patria!
Carraspeo, entono y pronuncio:
—Que hubiera más fuentes de empleo. Para cumplimentar lo anterior, se favoreciera la creación de empresas simplificando los trámites engorrosos e innecesarios y reglas claras y sencillas para poder pagar impuestos.
—¿Eso es todo?
—¿Le parece poco?
—¿Qué otra cosa le recomendaría?
—Con eso que hiciera, por añadidura muchas cosas se solucionarían.
—¿Como cuáles?
—¡La inseguridad! Si hubiera trabajo, tendríamos prosperidad y al tenerla abatiríamos muchos males que hoy aquejan a nuestra sociedad.
—¿Estoy hablando a Jalisco?
—¡Sí!
—¿Guadalajara?
—¡Sí!
—¿Sabe el código postal de donde vive?
—¡Sí!
—¿Su profesión?
—Periodista.
—Esta encuesta es “anónima”. ¿Desea dejar su nombre y correo electrónico?
—Por fin, ¿es anónima?, ¿o qué? ¡No!
—Gracias.
¿Habrá necesidad de gastar tanta lana en estas tarugadas, sobre todo habiendo cosas más practicas y útiles en que invertir los recursos públicos? Con lo que cuestan estos sondeos telefónicos a nivel nacional, ¿para qué? Para que les digan lo que todos ya sabemos:
Que en este país tenemos enormes necesidades y grandes carencias. Que existe un derecho fundamental para el trabajo, para la educación, para la salud que no se cumple. Que estamos muy lejos de darle satisfacción a la población.
Que la corrupción nos ahoga, y poco o nada se hace para acabar con ella.
Que el privilegio que tienen algunos para servir al pueblo, no es para que se sirvan de él. Que México debe de ser un país de leyes parejas, para todos, leyes que no se tuerzan para que unos privilegiados se las pasen por donde sabemos.
Que los derroches no se justifican, sobretodo si lo que arrojará es para corroborar estadísticamente que en este país no hay suficientes oportunidades, que la gente quiere trabajar, vivir con tranquilidad y ganarse el sustento haciendo lo que sabe o lo que le gusta.