DE LA WEB DE FELIPE MORENO

Sr. Presidente: La lealtad no se compra con cuentas de vidrio

Por Felipe Moreno

La semana pasada, recién concluida, cerró con la noticia sobre el endurecimiento en materia de seguridad aeroportuaria. A la revisión permanente y exhaustiva, realizada a personas y equipaje en los diversos aeropuertos del país, se sumó la respectiva para pilotos y tripulaciones de manera obligatoria.

Sin lugar a dudas, después de la visita de George Bush muchas cosas comenzaron a moverse en materia de seguridad nacional. Más allá de los aumentos salariales a los miembros de las fuerzas armadas, que por cierto únicamente sirvieron para recuperar un 2% del 30 % perdido durante los seis años del gobierno panista Vicente Fox, aún faltan muchos otros temas donde el ornato, la siembra de evidencias y la publicidad barata deben dar paso a las acciones discretas y realmente efectivas.

En México mucha información valiosa o interesante se soslaya, matiza o bien se oculta detrás de fines comerciales. Más aún, cuando no se trata de un chisme nacional o una nota que, por su mismo escándalo, genere cuantiosos ingresos a sus editores. Sin razón editorial le fueron otorgados grandes y diversos espacios publicitarios al hallazgo de una fortuna "encontrada" en una casa de Las Lomas de Chapultepec en la Ciudad de México.

Fue la primera de las notas que acapararon la semana y difundieron como de interes nacional. Por otra parte, exagerada fue también la difusión donde pilotos y tripulaciones de líneas comerciales y particulares en México, deberán pasar por los puntos de revisión en los aeropuertos de los Estados Unidos Mexicanos.

Demasiadas "noticias" para vender basura o pocas notas para tratar lo fundamental y trascendente. Hasta hoy, poco más de 100 días del gobierno de Felipe Calderón, sólo se han visto algunas cuentas de vidrio para intentar comprar la lealtad del Ejército de México, cuando es de sobra sabido que un militar no trabaja o pertenece a un cuerpo de ejército simplemente por dinero. Un militar busca honor, reconocimiento y respeto. La lealtad es inherente a su ser, es parte fundamental de su carácter y personalidad.

Si queremos aceptar los "avances" en materia de seguridad y sostener lo que propaga la publicidad oficial; si queremos ser o formar parte de la mentira o los coristas, debemos ahumar la cortina de humo que se pretende colgar a los ojos de los mexicanos. Comencemos por aportar verdaderas ideas, donde el aumento a los salarios de la tropa palidezcan ante las verdaderas estrategias para combatir al crimen organizado. No pensemos en 200 o 300 millones de dólares, sobre un negocio que deja entre 500 y 700 mil millones de dólares anuales.

El tema del narcotráfico o abiertamente del crimen organizado debe verse a gran escala, rodeado de todos los instrumentos que la más moderna de las tecnologías proporciona y sobre el cual México se encuentra en paños menores. O bien en viles cueros. México no cuenta ni con el personal ni los instrumentos para enfrentarse a dicho flagelo. México es 100 % vulnerable en materia de seguridad nacional. Carece de personal y equipo experimentado para cubrir el territorio nacional, su espacio aéreo y nuestra plataforma continental. No existe, al día de hoy, un sistema de radares contra intromisiones de aviones procedentes de nuestra frontera sur, donde lo mismo puede entrar que salir una aeronave, para luego venderse al mejor postor.

El caso del avión GRUMMAN G II 59 es un caso inédito en los Estados Unidos Mexicanos, mientras que en Honduras, la noticia aún sigue aumentando las olas del misterio. Un caso donde pudo darse cualquier hecho, tanto lícito como ilícito o de mayor trascendencia para la vida social y económica de toda esa región. La clave es quién iba o qué llevó esa aeronave a Honduras. Sin duda algo más importante que drogas.

En materia de seguridad nacional México está reprobado. Ni siquiera se ha logrado asimilar el concepto de lo que es Seguridad Nacional. La misión de proteger nuestro espacio aéreo ha sido parcial, consecuentemente sus resultados no han llenado las expectativas de una nación fuerte, segura y poderosa.

Los escasos recursos asignados a esta materia por parte del poder Ejecutivo Federal, han hecho más inútil la tarea del Ejército, la Armada o cualquier otra institución dedicada a los temas de seguridad. Como si fuera el paso del agua por un cedazo, así entran al espacio aéreo mexicano los bi-motores o monoturbopropulsores. Estas aeronaves escapan al rastreo de los radares que actualmente opera la Secretaría de la Defensa Nacional y los correspondientes en la Armada de México.

Una institución desarmada desde hace ya varios sexenios. ¿De qué sirven las reuniones semanales que actualmente tiene el General Guillermo Galván Galván con el Presidente Felipe Calderón, si para esa materia nunca hay presupuesto disponible? De haberlo, seguramente el "hallazgo" de la casa de Las Lomas de Chapultepec, se multiplicaría hasta alcanzar verdaderas cifras inverosímiles.

El problema de México, en materia aeronáutica, se encuentra en nuestra frontera sur, donde la instalación de una cadena de radares secundarios sería la solución al tránsito de drogas. Las armas que pudieran salir de México hacia Centroamérica también serían operaciones nulas. México debe cuidar de manera mas celosa la línea entre Belice y Guatemala. Un sistema tierra aire y viceversa sería ideal, donde los aviones y radares permitan la realización de cualquier operativo en materia de vigilancia y seguridad nacional de forma inmediata. Sin duda, el decomiso y la incautación por sí mismos justificarían la inversión inicial, cuyos dividendos también serían políticos. Más todavía, no se tendría que pagar tanto en materia de propaganda y difusión durante los próximos años. Recuérdese, la noticia jamás paga, se vende por sí misma.

Han pasado ya más de cien días de la nueva administración, ya es tiempo de ir a lo grande y dejar de lado los actos que sólo sirven para la hilaridad, la incredulidad y la crítica. Es tiempo de detectar, rastrear e identificar a los delincuentes mayores. No pueden seguir dándose hallazgos sin detenidos, el crimen organizado tiene nombres y apellidos. Algunos demasiado conocidos. Se trata de entrarle en serio al combate de un problema que, hasta hoy, solo tiene los visos de una gran campaña publicitaria.

El gobierno de Felipe Calderón, si es como se dice y va en serio contra el crimen organizado, debe invertir, instruir a su secretario de Hacienda, para que sean destinados los recursos para la pesca y caza de las piezas grandes. Los resultados obtenidos durante el primer año de la gestión de Calderón, serían el mejor indicador de que su gobierno, en dicha materia, tomó el rumbo correcto.

En materia tierra - aire y aire - mar no falta coordinación, sólo hacen falta recursos financieros para adquirir los instrumentos. Los errores del pasado, como fue el tener parados los astilleros de la Secretaria de Marina los últimos seis años, son fallas que no deben repetirse los próximos años. La aplicación de la más moderna tecnología tierra - aire y aire - mar deben ser y darse en tiempo real. Antes de que el crimen organizado "abandone" o retenga enormes sumas de dinero en casas o residencias de lujo como la publicitada casa de Las Lomas de Chapultepec". Y es que, aceptando sin conceder que sea real el hallazgo del dinero, para reunir tal cantidad, antes debieron cometerse miles o millones de ilícitos que pudieron evitarse. Ni aquí y menos en China, puede ser ese hecho motivo de reconocimiento u orgullo para corporación alguna o cuerpo de seguridad en el mundo.

El crimen organizado debe ser atacado de raíz, a menos que todo y cuanto veamos sólo sea parte de un negocio cuyos números reales oscilan entre 500 y 750,000 millones de dólares anuales.

La lealtad no se compra con cuentas de vidrio, tampoco con miles de millones de dólares. La lealtad es un principio que únicamente se puede alimentar con la exaltación del honor y el reconocimiento al compromiso adquirido con México o bien con la nación. Pasemos pues, señor Presidente Felipe Calderón, a la solución de los verdaderos problemas que aquejan a la nación en cada una de las materias correspondientes. No son tiempos para la publicidad o la propaganda política. No caiga en los errores de Vicente Fox, quien intentó legislar por radio y televisión, ignorando y ofendiendo al Congreso.