OREJAS DE BURRTARI vs PROzac Y MENSZEDILLO
miguel cabildo
México, D.F., 5 de febrero (apro).- El expresidente Carlos Salinas de Gortari sorprendió de nueva cuenta al criticar abiertamente el cambio de rumbo de la política exterior en última década, particularmente el afán del gobierno federal de intervenir en los asuntos internos de Cuba.
En un ensayo difundido por la revista Milenio semanal, Salinas de Gortari censuró en particular la política exterior seguida por los dos últimos expresidentes del país, Ernesto Zedillo y Vicente Fox Quesada.
Según el expresidente, tanto Zedillo como Fox olvidaron que la historia definió la estrecha relación entre Cuba y México, y agregó que, de una u otra manera, “el futuro soberano de México está ligado a Cuba”.
Tras advertir que se anticipan “tiempos complejos” en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, Salinas de Gortari destacó la necesidad de recordar los “motivos históricos” por los cuales México no puede permanecer indiferente a estos acontecimientos.
Subrayó que al inicio del presente siglo, dada la circunstancia geopolítica de nuestro país, la soberanía de México tiene una estrecha relación con la autodeterminación de Cuba: “Si se pierde de vista este hecho esencial y se piensa que la relación de México con Cuba sólo responde a motivos políticos internos, se comete un error histórico y de consecuencias incalculables para nuestra nación”, alertó.
Salinas de Gortari recordó que la relación entre Cuba y México tiene casi 500 años; que ambas naciones están vinculadas por vocación y por necesidad; que la geografía los hizo vecinos inevitables, y que la historia convirtió nuestras relaciones en necesarias.
Agregó que a lo largo de nuestra historia muchos acontecimientos trascendentes de nuestro país pasaron por Cuba, al igual que ocurrió con la historia cubana, que también registró momentos fundadores estrechamente ligados a México.
“Por eso, el apoyo y el respeto de México hacia la autodeterminación de Cuba trasciende posiciones políticas domésticas; se ubican en el contexto de la batalla a favor de nuestra soberanía. Entre 1995 y 2006 la política exterior de México respecto a Cuba olvidó esta lección de la historia (en parte por ignorancia y en parte por una apreciación equivoca sobre la manera de vincularse con los Estados Unidos)”, precisó.
Salinas de Gortari sostuvo también que la política exterior cambió durante esos años radicalmente hacia la pretensión de intervenir en los asuntos internos de la nación caribeña. Inclusive, el exmandatario encontró una similitud con la política hacia Cuba del gobierno centralista, monárquico y conservador de México en 1836 y su pacto secreto con la potencia imperial de entonces.
Este cambio, subrayó Salinas de Gortari, fue un error cuyas dimensiones históricas lo confirman el devenir de nuestras naciones.
Según el expresidente, para la memoria y para la historia queda el hecho de que independientemente de circunstancias y personajes, la relación entre Cuba y Estados Unidos es de interés fundamental para México.
Salinas de Gortari advirtió que conviene recordar las palabras escritas por Fidel Castro en la carta que le envió el 22 de septiembre de 1994:
… debemos ir realmente al fondo de la cuestión que compulsa el éxodo masivo. Esto realmente iniciaría una nueva etapa en las relaciones Estados Unidos/Cuba, tan conveniente para todos en este hemisferio. La normalización de las relaciones entre ambos países es la única alternativa. Un bloqueo naval no resolvería nada; una bomba atómica, para hablar en lenguaje figurado, tampoco y todavía se pretende, no beneficiaría en nada los intereses de Estados Unidos. Lo haría ingobernable por 100 años y la lucha no terminaría nunca. Hacer estallar a nuestro país, como se ha pretendido.
El expresidente, igualmente recordó una conversación con tono optimista. “El clima había sido cordial, como la temperatura que arrojó 39 grados. El comandante tenía 67 años. Al final las crónicas registraron su comentario. Fidel afirmó:
A mi edad lo que debería de esperar de la vidas es cumplir 100 años, pero hay que ser realista, y uno no sueña con suposiciones. Soy un prisionero del tiempo.
“No podíamos anticipar las tormentas que vendrían pocos meses después con la crisis de los balseros, la llamada desesperada del presidente de Estados Unidos, la crisis económica de México y su injerencia en los asuntos internos de Cuba, el secuestro de dos niños norteamericanos (sic), y la expresión del agradecimiento eterno a Cuba de una madre decidida. Tampoco la de una enfermedad tan grave al momento de cumplir 80 años. Como ‘prisionero del tiempo’ ahora da una batalla fundamental, y con ella se renueva la necesidad de que México esté presente en este momento cuyo desenlace resulta fundamental para nuestro futuro soberano”, puntualizó.