MAS SOBRE EL LIBRO PURITANO DE AZUELA
ALFREDO MENDEZ ORTIZ
Juristas critican el código de ética elaborado por Azuela Güitrón
Destacados juristas, presidentes de barras de abogados, impartidores de justicia federales y funcionarios judiciales consultados por La Jornada lanzaron ayer duras críticas al Código de Etica del Poder Judicial Federal (PJF) elaborado por el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Mariano Azuela Güitrón, pues consideraron que viola garantías individuales y derechos humanos e implica un retroceso hacia épocas inquisitoriales.
Inclusive, el constitucionalista Elisur Arteaga Nava indicó que Azuela se excedió en sus facultades e incurrió en responsabilidades administrativas, por haber ordenado que con dinero del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) se imprimiera dicho manual, el cual refleja las opiniones personales y convicciones religiosas del ministro.
"Este señor (Azuela), que vaya e imponga su código de ética a su familia, pero que respete al Poder Judicial", puntualizó el académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
A su vez, el también constitucional, y maestro emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Raúl Carrancá y Rivas, afirmó: "Esto no es un código de ética, es un manual inquisitorial, digno de la edad media".
El documento de 255 páginas, cuyo tiraje es de 30 mil ejemplares, propone entre otras cosas que una secretaria particular de un órgano jurisdiccional no asista a su trabajo vestida con minifalda, escotes pronunciados y/o ropa transparente, y sugiere que los funcionarios judiciales no acudan a divertirse a algún lugar de los llamados table dance.
Los dos juristas coincidieron en que se trata de un documento que aunque no es obligatorio, pone en riesgo la garantía Constitucional de libertad a que tiene derecho cualquier trabajador.
"No sé de dónde vinieron los fondos para imprimir esta obra que se me antoja que es muy cara; si es de fondos públicos para hacer valer un punto de vista personal sobre la ética, es una cosa indebida; ahí empieza a cuestionarse la validez ética del presidente de la Corte", puntualizó Arteaga Nava.
Agregó que "mientras un funcionario judicial no cometa algún delito, ningún presidente o alto funcionario (del PJF) debe ordenar cómo deben vestirse sus empleados; ningún código de ética puede agrandar las limitantes a la actuación de un servidor público, mientras éste no haya incurrido en un ilícito".
Raúl Carrancá y Rivas, quien se dijo sorprendido por el contenido del manual de ética, al que calificó como una "barbaridad", indicó: "Una cosa es que haya ciertos principios de conducta que se puedan enunciar, pero de ahí a realizar los diez mandamientos de la biblia de Azuela, y considerarlos como parte de un código de buenas costumbres, eso es inaceptable".
Añadió que "si una funcionaria judicial fuese sancionada administrativamente, con base en los lineamientos de este código que no es obligatorio, pero que sí puede hacer costumbre, tendría las puertas abiertas en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y podría ganar sin duda algún amparo".
Eduardo Miranda Esquivel, presidente de la Unión de Juristas de México, del que forman parte abogados, impartidores de justicia del país e investigadores en materia jurídica, consideró que "la actividad de los jueces, su desempeño, su promoción, su comportamiento y los principios que deben regir la justicia que imparten, se regulan por sí mismos, mediante el derecho establecido en la Constitución y las leyes secundarias.
"Este código es una proyección individualista y conservadora de los gustos y opiniones, no de un ministro que representa a una institución, sino de una persona con ideas moralinas, que no tiene nada que ver con el derecho y la justicia", puntualizó.
Enésimo Piña Ortiz, presidente de la Federación Nacional de Colegial de Abogados coincidió con Miranda Esquivel en el sentido de que el único método para regular la actuación de los funcionarios judiciales debe ser la estricta aplicación de la ley.
"El código de ética debe referirse únicamente a la actuación de los impartidores de justicia dentro del ámbito judicial; los jueces deben tener el conocimiento, la experiencia y sensibilidad necesarios para que puedan resolver en justicia; el hecho de que un juez o magistrado vaya a un table dance o tenga un segundo frente, eso no lesiona los derechos de mas que al mismo funcionario", refirió el litigante.
A su vez, magistrados, jueces, secretarios de acuerdos, oficiales judiciales y actuarios entrevistados por este diario indicaron que muchos de ellos ya recibieron una copia del Código de ética y su respectivo diploma, y señalaron que se trata de una "mera sugerencia" que no tienen porqué atender y "difícilmente" pondrán en práctica.
Destacados juristas, presidentes de barras de abogados, impartidores de justicia federales y funcionarios judiciales consultados por La Jornada lanzaron ayer duras críticas al Código de Etica del Poder Judicial Federal (PJF) elaborado por el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Mariano Azuela Güitrón, pues consideraron que viola garantías individuales y derechos humanos e implica un retroceso hacia épocas inquisitoriales.
Inclusive, el constitucionalista Elisur Arteaga Nava indicó que Azuela se excedió en sus facultades e incurrió en responsabilidades administrativas, por haber ordenado que con dinero del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) se imprimiera dicho manual, el cual refleja las opiniones personales y convicciones religiosas del ministro.
"Este señor (Azuela), que vaya e imponga su código de ética a su familia, pero que respete al Poder Judicial", puntualizó el académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
A su vez, el también constitucional, y maestro emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Raúl Carrancá y Rivas, afirmó: "Esto no es un código de ética, es un manual inquisitorial, digno de la edad media".
El documento de 255 páginas, cuyo tiraje es de 30 mil ejemplares, propone entre otras cosas que una secretaria particular de un órgano jurisdiccional no asista a su trabajo vestida con minifalda, escotes pronunciados y/o ropa transparente, y sugiere que los funcionarios judiciales no acudan a divertirse a algún lugar de los llamados table dance.
Los dos juristas coincidieron en que se trata de un documento que aunque no es obligatorio, pone en riesgo la garantía Constitucional de libertad a que tiene derecho cualquier trabajador.
"No sé de dónde vinieron los fondos para imprimir esta obra que se me antoja que es muy cara; si es de fondos públicos para hacer valer un punto de vista personal sobre la ética, es una cosa indebida; ahí empieza a cuestionarse la validez ética del presidente de la Corte", puntualizó Arteaga Nava.
Agregó que "mientras un funcionario judicial no cometa algún delito, ningún presidente o alto funcionario (del PJF) debe ordenar cómo deben vestirse sus empleados; ningún código de ética puede agrandar las limitantes a la actuación de un servidor público, mientras éste no haya incurrido en un ilícito".
Raúl Carrancá y Rivas, quien se dijo sorprendido por el contenido del manual de ética, al que calificó como una "barbaridad", indicó: "Una cosa es que haya ciertos principios de conducta que se puedan enunciar, pero de ahí a realizar los diez mandamientos de la biblia de Azuela, y considerarlos como parte de un código de buenas costumbres, eso es inaceptable".
Añadió que "si una funcionaria judicial fuese sancionada administrativamente, con base en los lineamientos de este código que no es obligatorio, pero que sí puede hacer costumbre, tendría las puertas abiertas en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y podría ganar sin duda algún amparo".
Eduardo Miranda Esquivel, presidente de la Unión de Juristas de México, del que forman parte abogados, impartidores de justicia del país e investigadores en materia jurídica, consideró que "la actividad de los jueces, su desempeño, su promoción, su comportamiento y los principios que deben regir la justicia que imparten, se regulan por sí mismos, mediante el derecho establecido en la Constitución y las leyes secundarias.
"Este código es una proyección individualista y conservadora de los gustos y opiniones, no de un ministro que representa a una institución, sino de una persona con ideas moralinas, que no tiene nada que ver con el derecho y la justicia", puntualizó.
Enésimo Piña Ortiz, presidente de la Federación Nacional de Colegial de Abogados coincidió con Miranda Esquivel en el sentido de que el único método para regular la actuación de los funcionarios judiciales debe ser la estricta aplicación de la ley.
"El código de ética debe referirse únicamente a la actuación de los impartidores de justicia dentro del ámbito judicial; los jueces deben tener el conocimiento, la experiencia y sensibilidad necesarios para que puedan resolver en justicia; el hecho de que un juez o magistrado vaya a un table dance o tenga un segundo frente, eso no lesiona los derechos de mas que al mismo funcionario", refirió el litigante.
A su vez, magistrados, jueces, secretarios de acuerdos, oficiales judiciales y actuarios entrevistados por este diario indicaron que muchos de ellos ya recibieron una copia del Código de ética y su respectivo diploma, y señalaron que se trata de una "mera sugerencia" que no tienen porqué atender y "difícilmente" pondrán en práctica.