LA PROSTITUCION DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION
Por Pedro Echeverría V.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) recorre por tercera o cuarta vez el país y sólo se enteran los que personalmente lo escuchan en sus mítines. Desde el 2 de julio, cuando radicalizó su lucha contra el fraude electoral instrumentado por el gobierno de Fox y los empresarios, Televisa, TV Azteca y Radio Fórmula le cerraron totalmente sus puertas. ¿Se desinflará como Marcos? Por el contrario, Felipe Calderón (FECAL) –además de reiniciar el pago multimillonario de spots en la radio y TV- obliga a la publicación, en todos los medios, de sus actividades presidenciales. Ello da la impresión, que parece confirmarse, de que AMLO pierde fuerza y que FECAL se consolida. Con razón se ha dicho siempre, en el caso de los políticos, que “si no apareces en los medios no existes”.
Si López Obrador quiere seguir representando una verdadera oposición tiene que fortalecer su movimiento y para ello debe enfrentar seriamente a los medios de información –la TV en particular- que lo calumnian todo el día. Al rato empezarán a abandonarlo gobernadores arribistas como García de Zacatecas, Torreblanca de Guerrero y Cárdenas de Michoacán, así como diputados y senadores de las corrientes que dominan las bancadas. AMLO no debe seguir dando pasos atrás porque las corrientes del PRD quieren gozar libremente de “las mieles del poder”; al contrario, debe profundizar las movilizaciones y las acciones pacíficas de presión para lograr la unidad con Oaxaca, los electricistas, los estudiantes, Marcos y demás grupos radicales que no buscan privilegios personales. Hay serias amenazas de división inmediata.
Los izquierdistas y “progresistas” desprecian a la TV y demás medios porque dicen: “son instrumentos de la burguesía y el imperialismo”; tienen toda la razón, pero de ahí no pasan. Demuestran con argumentos fuera de toda discusión que los Azcárraga, los Salinas Pliego y los poderosos empresarios de la radio sirven directamente al sistema de explotación capitalista. Pero no basta con la condena, hay que encontrar las formas para superar a eso medios comerciales pensando en beneficiar a la población. Algunos analistas y críticos proponen aprobar leyes que limiten esos monopolios impulsando la apertura plural de otras radios y TV. ¿Hasta cuándo se podrá hacer esto si desde 1969 (hace más de 35 años) el presidente y su gabinete, así como diputados y senadores, inclinan la cerviz ante los poderosos empresarios de los medios?
Creo que ni el mismísimo Hugo Chávez, el presidente venezolano que más elecciones ha ganado con vigilancia internacional y por tanto el más democrático del mundo, ha podido legislar a los poderosos medios de información comerciales e imperialistas que, incluso, aliados con el gobierno de Bush, han buscado su derrocamiento. Lo que se ha hecho en Venezuela es crear una red alternativa de información ligada directamente al pueblo. De tal manera que éste no tenga el interés ni la necesidad de mirar esos medios informativos al servicio del empresariado y de los capitales extranjeros. Esa red alternativa –con un gran proyecto de masas- es la que los grupos de izquierda en México no hemos podido crear por falta de interés, ideas y dinero. Las pequeñas ediciones de mil o dos mil ejemplares –que pronto desaparecen- sólo son auto justificantes.
Si Calderón sigue fortaleciéndose en la Presidencia y López Obrador sigue cayendo, el muñeco o títere de Televisa buscará agrandar más los privilegios de las dos televisoras y de las radios a su servicio. La política del régimen panista –en concordancia con la TV- buscará hacer tonto al pueblo con el fin de dominarlo mejor. FECAL recuerda bien aquellas frases de Azcárraga en 1991: “México es un país de clase modesta, muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil”. Y con mayor cinismo decía: “Yo lo que se hacer es dinero… la TV no busca educar… hay cosas que están diseñadas para entretener y otras para educar, la TV es un medio de entretenimiento… para educar está la SEP”.
Hace casi 10 años se publicó en la revista Proceso que Azcárraga Jean y Cañedo White heredaron un consorcio con activos de 25 mil millones de pesos y ventas anuales de 9 mil millones; 205 empresas con ganancias de más de 900 millones de pesos al año. Cuenta con más de 20 mil empleados y se dedica a giros diferentes, desde la impresión de revistas y diarios hasta la consultoría, la TV , la radio el cine, servicios de limpieza, servicios de seguridad, inmobiliarias, servicios de transportación aérea, agencias de publicidad, sistemas privados de comunicación satelital, discos, producción y promoción de eventos, administración de estadios, promotoras deportivas, equipos de fútbol, servicios de TV por cable, servicios administrativos, etcétera, etcétera. Un verdadero monopolio.
Por eso los políticos, así como muchos artistas e “intelectuales” comentaristas mexicanos -con excepción de AMLO, Bartlett y pocos más- andan arrastrándose o, por lo menos no quieren disgustar a los funcionarios de Televisa y las otras empresas monopólicas. También por eso personajes como López Dóriga, Loret de Mola, Alatorre, José Cárdenas, Zarza o Healy, no dejan de vomitar veneno contra AMLO, la APPO y todos los movimientos sociales. Debe reconocerse que toda esa campaña de calumnias –durante mucha horas, días y semanas- en los medios de información lograron que millones de personas voten contra AMLO y ahora millones repitan los engaños que esos mismos medios desataron contra los luchadores sociales del pueblo de Oaxaca.
Las grandes manifestaciones y los mítines masivos son importantes pero poco sirven si después de esos actos masivos no se toman acciones de resistencia y, por el contrario, todo mundo se va a descansar a su casa. Oaxaca fue una gran enseñanza y hoy, a pesar de la bárbara represión que se desató en su contra, en los próximos días las batallas continuarán. Los profesores regresaron a las aulas, muchos dirigentes de la APPO han sido encarcelados, asesinados y muchos están escondidos. Los más de cinco mil soldados disfrazados de policías han impuesto un Estado de sitio en la ciudad, pero el movimiento sigue vivo y en cualquier momento vuelve a ocupar las calles. El movimiento lópezobradorista no tiene ese nivel de conciencia pero lo podrá adquirir si AMLO abandona las ideas de los oportunistas que sólo buscan poder.
MacheTearTe