MARCO CASILLAS
Marco Casillas
Nacido en la capital del estado de Durango, radicado en Zacatecas desde 1972 hasta abril del 2006, y dedicado a actividades periodísticas a partir de 1982 Marco Aurelio Casillas Arredondo es licenciado en derecho por la Universidad Autónoma de Zacatecas y poseedor de Diplomados en Marketing y Análisis Político impartidos por la U.A.Z., la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Nacional Autónoma de México.
Hoy esperando y Marco no se nos moleste, me tomo el atrevimiento de postear, un articulo precisamente de él, que me ha parecido super bueno, muchas veces lo he escuchado en sus noticiarios radiofonicos y de verdad siempre me ha parecido uno de los mejores periodistas de Zacatecas.
Así que con el permiso de usted Don Marco, hoy posteo un articulo suyo.
Nacido en la capital del estado de Durango, radicado en Zacatecas desde 1972 hasta abril del 2006, y dedicado a actividades periodísticas a partir de 1982 Marco Aurelio Casillas Arredondo es licenciado en derecho por la Universidad Autónoma de Zacatecas y poseedor de Diplomados en Marketing y Análisis Político impartidos por la U.A.Z., la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Nacional Autónoma de México.
Hoy esperando y Marco no se nos moleste, me tomo el atrevimiento de postear, un articulo precisamente de él, que me ha parecido super bueno, muchas veces lo he escuchado en sus noticiarios radiofonicos y de verdad siempre me ha parecido uno de los mejores periodistas de Zacatecas.
Así que con el permiso de usted Don Marco, hoy posteo un articulo suyo.
POR :MARCO CASILLAS
“Que el halagado no crea, en tantas zalamerías, porque tendrá que crear, otras diez Secretarías…”:
Oscar Chávez
(Canción “La Cargada”, del Disco “Parodias Políticas”, 1975)
Diciembre. El navideño diciembre de posadas, piñatas, confites y canelones, aguinaldos y niños diositos –amén- comenzó políticamente con una toma de posesión que mereció en las páginas y espacios electrónicos de la poca prensa libre que queda en el país los adjetivos más agudos de que se tenga memoria.
Política y legalmente desaseada, caótica, apresurada, ridícula, tensa, confusa y apresurada son los tatuajes mediáticos a la asunción protocolaria del Presidente Felipe Calderón que llegó –como consignó la gringa cadena CBS- “de hurtadillas y a escondidas a su puesto”. Lero lero.
En menos de cinco minutos, la que antes era una ceremonia faraónica y de oropel en honor al “ungido” se transformó en rápida lección de arbitrariedades, prepotencias, torpezas, improvisaciones, ilegalidades y estupideces por parte de los “dueños del país”, representados por el Gobierno de salida (y de “saliva”) con el subnormal guanajuatense Fox al frente y el de entrada – salida en falso- con Felipe Calderón exhibiendo cara de guajolote en Navidad.
En el anecdotario político-popular quedará el hecho de que Calderón tuvo que entrar “por la puerta de atrás” –la zona conocida como Tras Banderas en San Lázaro al ritmo de “entren Santos Peregrinos”-, que su primer mensaje tuvo que darlo en el Auditorio Nacional, que los integrantes del Estado Mayor Presidencial y de la Secretaría de la Defensa Nacional –vestidos de civil- ingresaron poderosamente armados a la Cámara.
También, que tanto Fox como el Panista presidente de la Cámara de Diputados Jorge Zermeño no tuvieron la menor idea de los pasos protocolarios de un evento de esta magnitud y que mientras la palabra ¡Espurio! retumbaba en el escenario legislativo, el saliente Vicentico jugueteaba con la Banda Presidencial volteándola con sus manos y sonriendo socarronamente en su indolente y burlona actitud de siempre.
En el anecdotario sí, pero ¿lo consignarán los libros de historia? Claro que no. Como tampoco recordarán que la “inteligentzia” color pitufo –CISEN, Estado Mayor Presidencial y SEGOB en pleno-, y los órganos militares y paramilitares al servicio del gobierno implementaron como nunca antes, las medidas más extremas para proteger la integridad física –no había “mucho” que proteger realmente- del nuevo y azulado Tlatoani Felipoxtli I “El Sufrido”, en la ex -transparente región del Anáhuac.
Bueno, hasta feroces perros entrenados, ex -dioses del Imperio como Mr. Bush Senior, neonazis como Arnoldo Shwarzenneger, guaruras como de a tres metros (exageré, lo siento), y un Vicente Fox que mostró que para lo que realmente sirve es para ser atento edecán y no Presidente de un país, formaron parte del vergonzante escenario parateatral que se proyectó en todo el mundo .
México -lindo y querido- comprobó que, lo nuestro, lo nuestro, es la faramalla, la bravuconada, el ver “quien escupe primero”, “de que cuero salen más correas” y enviar el mensaje de que aquí es el único lugar del mundo en donde todos sabemos “de que lado masca la iguana”, en un espectáculo mediático llevado hasta usted sin escatimar recursos, por cortesía de la pasional y súper rentable alianza entre el Yunque (PAN, gobierno federal e Iniciativa Privada) y Televisa , cuya fascista aportación es en verdad una perla en nuestra joven, bella y cachonda democracia mexicana .
Mientras esto ocurría en San Lázaro, en el Auditorio Nacional, y en el “Campo Marte” –donde Felipe acudió para decirle lo de siempre a las fuerzas armadas (hasta los dientes) de siempre - en el zócalo capitalino nuevamente lleno, nuevamente vibrante, Andrés Manuel López Obrador agarraba aire para advertir con enjundia que no cederá “ante la minoría rapaz que se robó la elección del 2 de julio”.
200 mil personas en la plancha del Zócalo lo oyeron cuando acusó de amnesia a quienes mediante la oligarquía neofascista y el poder del dinero le robaron la elección al pueblo de México.
Lo ocurrido el primer día del navideño diciembre de posadas, ponches y “santos closes” rebasa los niveles de una parafernalia de jocosa política tenochca. Más bien es un anuncio. Una serie de señales que advierten el tono con el que la derecha en el gobierno y la izquierda en resistencia habrán de tratarse en México.
Aquellos, alentados por el poder autoritario y apoyados por las fuerzas armadas, económicas, mediáticas y, por supuesto, por sus norteamericanos patrones. Y la izquierda con Andrés Manuel a la cabeza, soportada por la fuerza moral y activa de millones de mexicanos y revestida con la autoridad política que sólo la otorga el pueblo libre. Autoridad negada a quienes se han comportado como auténticos enanos intelectuales omnibulados por las mieles del “poder logrado”.
Si el “chaparrito (cuerpo de uva), pelón y de lentes” –definición del mismísimo líder nacional del PAN Manuel Espino- sigue como empezó, el destino de Tenochtitlan y sus alrededores se parecerá a lo ocurrido en Pompeya. Y es que nadie que goce de las prendas de ilegalidad, prepotencia y gandalléz del nuevo Tlatoani Calderón tiene autoridad alguna para llamar al diálogo.
Ningún Presidente mexicano en la era moderna ha llegado con los signos de agonía política y debilidad institucional como los de Felipoxtli I. En tal condición de “Nosferatu” político o de “Zombi” con anginas, más grave aún es repetir las mismas promesas incumplidas de siempre como abatir la inseguridad pública –de la de él no dijo nada- la pobreza –él no tiene- y el desempleo –tampoco tiene-. Sólo le faltó decir que el problema de Oaxaca lo resolvería en 15 minutos.
Ah pero eso sí, ya dijo que no se daría “salario mínimo” pero que si se rebajaría el sueldo un diez por ciento, que reduciría el tiempo de las campañas –por aquella que le tocó sufrir- y que establecería en tres meses un “programa contra el crimen”. Ja, ja, ja.
Aquí estamos pues, de cara a una nación agredida, a un pueblo libre nuevamente engañado, y a un sector de la población que pareciera preferir en aras de una ficticia “paz”, la condición de ratón verde que luchar para que las cosas sean mejores para todos y no sólo para un sector rico, fascista y gandalla que sigue usando botas para ponerlas en el cuello del jodido. Ya qué. Entren a www.cuevalobo.com para conocernos mejor.
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digan_loquedigan@yahoo.com.mx