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jueves, 23 de noviembre de 2006

LA BAHIA DEL PROzac

La Bahía de los Fox

Por Francisco Castellanos y Rodrigo Vera

COAHUAYANA, México. El oleaje del Pacífico disminuye su carrera al entrar a la bahía de El Tamarindillo, situada en los límites de Michoacán y Colima. Las olas se deslizan, ya mansas, hacia la franja de arena de casi un kilómetro de longitud. Es prácticamente una gran alberca de aguas color turquesa. La encierran unos montes exuberantes. Y rumbo al poniente, la mirada se escapa al horizonte marino, a las anaranjadas puestas de sol.

El presidente Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún se enamoraron de la belleza de esta bahía michoacana. Siempre bajo el resguardo del Estado Mayor Presidencial, suelen visitarla de manera privada: Llegan en velero, chapotean en sus aguas y se tumban al sol.

Los Fox -dice la voz que va de casa en casa, de lugar en lugar, de enramada en enramada- compraron las 265 hectáreas que abarcan toda la bahía, que pagaron por ellas 25 millones de pesos a través de un prestanombres: Cosme Mares Hernández, un empresario guanajuatense investigado por el Senado de la República y la Secretaría de la Función Pública, pues se sospecha que es quien da la cara en los presuntos negocios de la familia presidencial.

La compraventa de El Tamarindillo no es ningún secreto en esta zona de la costa mexicana del Pacífico. Es vox populi. Lo pregonan los mismos ejidatarios que le vendieron a Cosme el pedazo de costa, lo dicen los diarios locales y las autoridades del municipio...

"¡Miren! Allá se ven las playas del presidente Fox", exclaman incluso los pescadores que surcan la bahía mientras apuntan hacia la línea curva de arena, flanqueada por riscos poblados de pelícanos.

La supuesta propiedad de Fox comienza a llamar la atención. Algunos tienen la esperanza de que ahí construya un complejo turístico que aporte empleos a la zona, una de las más marginadas del estado. En cambio, otros repudian la venta porque El Tamarindillo -perteneciente al ejido El Ticuiz- es un terreno de uso común que por ley no puede venderse.

El ingeniero Elías López Mendoza, alcalde del pequeño poblado de Coahuayana, en cuya demarcación está la bahía, mueve la cabeza y se lamenta:

"Soy de los que se oponen a que esa playa se privatice. Inclusive, el cabildo tomó un acuerdo en el que rechaza la venta. Hicieron un mal trato los ejidatarios que la vendieron en medio de tantas irregularidades legales. Aunque los comprendo, pues fueron presionados por altas autoridades agrarias.

"En una ocasión le pregunté al visitador agrario, David Neri Moreno: 'Dime la verdad, ¿esa venta es correcta o incorrecta?'. Me respondió claramente: 'Es incorrecta'. Y le dije: 'Entonces, ¿por qué no tratas de impedirla?'. Ya no me contestó, se quedó callado. Mientras que en Morelia, la Procuraduría Agraria no se decide a actuar. Nada más cascabelea. Estamos metidos en un problema muy serio, pues todos sabemos que el origen de la compra viene de muy alto".

-¿De Los Pinos? ¿Del presidente Fox?

-Los indicios apuntan hacia allá: El presidente viene de pronto a nuestras playas. A él y a su esposa los han visto bañarse en El Tamarindillo. También resulta muy sospechosa la celeridad con que los dirigentes del ejido aprobaron la compra. Algunos de ellos hacen viajes a la Ciudad de México que no quedan aclarados. Se comenta que van a Los Pinos.

Refiere el alcalde que al presidente del consejo de vigilancia del ejido, Gonzalo Espinosa, lo tenía como director de Seguridad Pública de la alcaldía pero, sostiene, descuidaba sus funciones por irse al Distrito Federal.

"No me decía a qué iba. En una ocasión se fue a la Ciudad de México sin avisarme. ¡Desapareció! Esto no me gustó y empecé a tener problemas con él. Tuvo que salirse de la alcaldía".

De los 135 ejidatarios a quienes les pertenecían los terrenos de El Tamarindillo, sólo seis se niegan a vender la bahía, por lo que interpusieron una demanda de nulidad por la venta, ante el Tribunal Agrario Número 38 con sede en la ciudad de Colima.

Mariano Márquez Hernández, uno de los inconformes, señala:

"El mismo presidente del comisariado ejidal, Agapito Cárdenas, nos presionaba: 'Agarren la lana porque viene de Fox. No podemos pelear contra el Presidente de la República. Vendan ahorita, porque luego no van a ganar nada'. Se rumora que viaja a Los Pinos para recibir instrucciones del propio Fox. De manera que con esta presión tan fuerte la mayoría dobló las manos y prefirió vender.

"Los que rechazamos la venta atravesamos por una situación muy difícil. Recibimos hasta amenazas de muerte de algunos incondicionales de Cosme Mares. Una vez llegaron con una cinta métrica y nos dijeron: 'Vamos a medir su estatura para saber el tamaño de sus cajas de muerto'. Así están las cosas".

-¿En cuánto compró Cosme El Tamarindillo?

-Cosme presionó a las autoridades ejidales y logró que lo hicieran ejidatario. Luego se apropió ilegalmente de los terrenos de los otros ejidatarios, a quienes les pagó la cesión de sus derechos. Desembolsó 25 millones de pesos por la bahía. Muy poco para lo que realmente vale.

UNA VENTA "DE MUY ARRIBA"

¿Cómo se enteró Fox de la existencia de El Tamarindillo? ¿Desde cuándo visita sus playas? ¿Cuál es exactamente su vínculo con Cosme Mares? Muchos tratan de aclarar estas incógnitas.

La primera visita a la región que se recuerda de Fox, siendo presidente, data del 20 de Diciembre de 2002. En esa ocasión llegó a las cercanas playas de Colola para encabezar un acto organizado por la Semarnat y el Gobierno de Michoacán: La liberación de cientos de tortugas marinas en peligro de extinción que tenían en un criadero del lugar.

De ahí, Fox y el gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, se trasladaron al municipio de Aquila -aledaño a Coahuayana-, donde dieron a conocer el Programa de Desarrollo Regional Sustentable de la Costa-Sierra del Suroeste de Michoacán.

Se dice que al término del acto Fox departió con residentes de una playa privada conocida como La Privada de San Juan, contigua a El Tamarindillo. En contraste con la pobreza de la zona, en esta exclusiva playa -de acceso restringido y vigilada por guardias de seguridad- pueden verse suntuosas residencias con modernos yates y veleros al frente.

Corre la versión de que, ese día, a Fox le hablaron de la bahía y él se interesó en comprarla.

A partir de entonces, los lugareños en ocasiones ven descender un helicóptero en La Privada de San Juan. Y por tierra observan el ajetreo de vehículos con guardias presidenciales. Custodian al presidente y su esposa, quienes al poco rato toman una embarcación rumbo a El Tamarindillo.

Se dice que los Fox se hospedan en la última residencia de La Privada de San Juan; una lujosa y exótica construcción de madera, con techos de palmera al estilo asiático, que en el Registro Público de la Propiedad aparece a nombre de Manuel Vizcaíno de Anda.

Don Antonio Lua, uno de los ejidatarios que se oponen a la venta, cuenta que, a mediados del año pasado, él se encontraba en la bahía cuando vio llegar a los Fox:

"Primero llegaron por tierra tres camionetas que se estacionaron frente a la playa. Adentro estaban unos señores que, me imagino, eran una especie de guardias. Aparte llegó un automóvil con un licenciado de Morelia al que conozco de cara. Con él iba nuestro comisario ejidal, Agapito Cárdenas.

"Poco después llegó un velero. Traía al presidente Fox y a su esposa. Los acompañaban dos niños. Todos se bajaron a la playa. Se estuvieron bañando. Los niños jugaban con un perrito que traía ese señor de Morelia. Estarían unas tres horas ahí".

-¿Y usted qué hizo?

-No quise presentarme porque a la mejor me metía en problemas, pues se dice que el presidente es el comprador de El Tamarindillo. Agapito y Cosme Mares van a tratar el asunto a Los Pinos. De por sí ya tengo dificultades con ellos, porque no quiero vender. De modo que me escondí. No salí hasta que todos se fueron. Nadie me vio.

El diario Panorama, de Colima, ha dado cuenta de otras visitas del matrimonio realizadas en circunstancias similares. En su edición del pasado 3 de Agosto, publicó una nota que señala:

Una vez más, Vicente Fox Quesada y su esposa la señora Marta Sahagún estuvieron en las playas del municipio de Coahuayana en visita privada, siendo la novedad de que durante casi dos horas disfrutaron de un baño de mar en la playa de El Tamarindillo, misma de la que se rumora fue adquirida por la pareja presidencial.

El presidente de México y su esposa estuvieron en la playa El Tamarindillo el sábado próximo pasado, habiendo arribado al lugar a bordo de una embarcación marina, en tanto que con antelación, por tierra, llegaron guardias del Estado Mayor Presidencial que custodiaron la marina recién comprada al Ejido El Ticuiz por el guanajuatense Cosme Mares Hernández, dueño de la constructora Facopsa, que ejecuta obras carreteras.

La visita de la pareja presidencial fue manejada con mucha reserva, y de su estancia en la playa El Tamarindillo sólo fueron testigos unas cuantas personas, entre ellas el comisariado ejidal de El Ticuiz, el que al parecer fue invitado a estar presente en el sitio.

En Coahuayana, las noticias locales de Panorama se vocean por un altoparlante colocado sobre el toldo de una camioneta que, al grito de "¡entérese!", recorre las calles arenosas del poblado. Las visitas de los Fox son, pues, bien sabidas por todos.

La revista ¿Por qué? de Michoacán -en su número 495- aventura que Fox compró la bahía a instancias de su esposa: "La emoción estalló en el pecho a Martita y con su voz melosa de niña mimada, le pidió a Vicente le regalara esa playa".

Fue a principios de 2003, poco después de la gira de Fox a Colola, cuando apareció Cosme Mares en la región. Alto, güero, de facciones toscas, el desconocido empezó a negociar en secreto con las autoridades del ejido El Ticuiz, a las que comunicó su deseo de comprar la bahía.

Sorpresivamente, el 30 de Marzo de ese año, las autoridades ejidales enviaron un citatorio a cada uno de los ejidatarios, invitándolos a una junta para tratar la "cesión" de El Tamarindillo. Decía el documento:

Por medio de la presente, se te cita para que asistas a una reunión de ejidatarios... misma que se celebrará el viernes 4 de Abril de 2003, a partir de las 5 de la tarde en el lugar que ocupa nuestra casa ejidal... con motivo de tratar el asunto de la cesión de los terrenos de El Tamarindillo.

Esto provocó las protestas de varios ejidatarios, extrañados de que su bahía estuviera en venta. Pronto supieron que era un extraño, con mucho poder y dinero, quien los presionaba a vender. El 12 de Abril, un grupo de ellos envió una misiva -dirigida a las autoridades ejidales y municipales, así como a la Secretaría de la Reforma Agraria- en la que respondía lo siguiente:

Nuestros derechos sobre nuestros lotes de los terrenos de uso común, en El Tamarindillo, no están en venta. Ni tampoco nos pueden obligar a que firmemos una supuesta cesión de derechos, que no es otra cosa más que la farsa que quieren realizar para la venta de los terrenos de uso común.

Por esto, nos permitimos recordarles que el artículo 74 de la Ley Agraria en vigor, establece que los terrenos de uso común son INALIENABLES, IMPRESCRIPTIBLES E INEMBARGABLES, por lo que cualquier "venta" que se realice es ILEGAL. No nos oponemos a que los compañeros que quieran vender lo hagan, pero no nos pueden obligar a que vendamos o cedamos los derechos los que no queramos hacerlo.

Fue entonces cuando las mismas autoridades advirtieron a los inconformes que Los Pinos están detrás de Cosme Mares, que más les valía vender.

Uno de ellos, José Valencia, recuerda la vez que trató el asunto con el ingeniero Ramón Ponce Contreras, delegado en Michoacán de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat):

"El ingeniero me sugería que aceptara la venta, que hablara por las buenas con Cosme. Al ver que me negaba, de plano me advirtió: 'Esta compra viene de muy arriba, viene del presidente Fox, así que ya sabes con quién te metes...'. Lo mandé al carajo. Le contesté que él estaba para servir a la gente y hacer las cosas legales".

Finalmente, en un acta de asamblea del ejido, levantada el 7 de Diciembre de 2003 con el objeto de delimitar la asignación de tierras ejidales y el reconocimiento de derechos, Cosme aparece como un ejidatario más, dueño de casi la totalidad de El Tamarindillo, que se señala como la "parcela número 430".

Dice textualmente el acta que "al señor Cosme Mares Hernández le corresponde 88 por ciento de la superficie total" de esa parcela. También "se le asigna 57 por ciento de la superficie total" de la parcela número 249. Aparte, Cosme trajo a la región a un allegado suyo, Rubén Hernández Hass, para también hacerlo ejidatario y conseguir mayor superficie. Con todos estos terrenos, que suman 265 hectáreas, completó la apropiación de los montes que circundan la bahía, con excepción de unas diminutas parcelas que se hallan en manos de los pocos ejidatarios que se niegan a vender.

Estos inconformes actualmente impugnan dicha asamblea ante el Tribunal Agrario de Colima. Su abogada, Cristina García George, explica los motivos:

"La asamblea del 7 de Diciembre fue totalmente ilegal, pues convalidó la venta, por 25 millones de pesos, de unos terrenos que no pueden venderse por ser de uso común. Antes de esa fecha, Cosme Mares ya había comprado El Tamarindillo, mediante un contrato que no sabemos dónde está.

"Además, a la asamblea asistieron personas que no eran ejidatarios. No tenían por qué estar en la reunión. Pero lo más grave es que en el acta aparecen por lo menos 17 firmas de personas que ya fallecieron. Tenemos incluso sus actas de defunción. El notario que atestiguó las firmas se prestó al fraude".

Añade: "Estas maniobras se hicieron para incorporar al ejido al Procede, que es el programa de certificación y titulación, con el que ya es factible que Cosme Mares obtenga después el dominio pleno de la bahía. Es lo que quiere".

-¿Fue también ilegal el que se haya hecho ejidatario a Cosme Mares?

-Por supuesto. Previamente debió realizarse una asamblea calificada con objeto de reconocerlo como ejidatario. Pero no la hubo. De buenas a primeras, ya aparecía su nombre en la lista de ejidatarios. En fin, todo lo están haciendo personas con mucho poder.

Luis Betancourt del Río, diputado local perredista por el XXI Distrito, que comprende la zona de Coahuayana, no tiene duda:

"¡Todo está claro! Fox es el dueño de esa bahía. Basta ver el dispendio de recursos, la celeridad con que se mueven las autoridades agrarias. El poder, las influencias, toda esa compra de voluntades sólo puede hacerla un Presidente de la República. ¡No hay vuelta de hoja!"

Desde hace más de un año, el diputado Betancourt -quien va de salida en su cargo- viene a reunirse con los ejidatarios, a asesorarlos en su lucha, exponiendo el problema ante el gobernador Cárdenas Batel.

"Yo informo al gobernador. Pero él, hasta la fecha, se mantiene al margen".

Personaje central en el conflicto, el comisariado ejidal Agapito Cárdenas Guerrero se muestra receloso con los reporteros. Está en el porche de su finca rodeada de palmeras. Bajo el sombrero ancho y el bigote, su sonrisa sale nerviosa.

"Qué guerra están dando esos ejidatarios que no quieren tratar con don Cosme. Se quejan por la cesión de El Tamarindillo, cuando al ejido le quedan 5 mil hectáreas más y playas vírgenes a morir. Además, don Cosme traerá empleos a la zona".

-¿Cómo está eso?

-Sí. Él tiene pensado levantar en la bahía un complejo turístico. Me dijo que creará 300 empleos directos.

-¿Usted conoce el proyecto? ¿Ya vio los planos?

-No, no los he visto. Pero él me cuenta que empezará a trabajar este 2005.

Insiste Agapito en que la cesión a Cosme Mares fue legal. Dice que hay un acta de asamblea en la que se le nombra ejidatario, pero no la muestra. Dice que existe un contrato donde se estipula que pagó 25 millones de pesos por El Tamarindillo, pero tampoco lo muestra.

Agapito ahora se hace llamar "Andrés". Cuentan sus conocidos que no le gusta su nombre original, porque se presta al albur. En 1981 sacó otra acta de nacimiento, en la que se puso "Andrés" -Proceso tiene copia de las dos actas-. Y con el nuevo nombre ha firmado todos los documentos del ejido. Este solo hecho -según algunos- invalida la venta de El Tamarindillo.

-¿Usted acompaña a los Fox cuando visitan la bahía? -se le pregunta.

-No, qué va. Me gustaría hacerlo. Sería un honor para mí estar con el Presidente de la República.

-¿Pero va a Los Pinos a tratar la venta de El Tamarindillo?

Agapito suelta la carcajada y responde:

"¡No! Yo fui a Los Pinos a acompañar a mi hijo Daniel. Mi chamaco fue el estudiante más aplicado de la región a nivel secundaria, y Fox lo invitó a Los Pinos para darle un reconocimiento".

Desmienten a Agapito en la secundaria técnica número 8, de Coahuayana, en donde estudió Daniel. En ella informan que siempre fue un estudiante mediocre, con siete de promedio.

Cosme Mares, por su parte, no quiso conceder una entrevista. Se le hizo la petición a través de Agapito. Volvió a negarse al ser localizado en su celular.

Y es que Cosme atraviesa por otro duro momento. Su empresa constructora Fabricación y Colocación de Pavimento, S.A. de C.V. (Facopsa) -dedicada a obras carreteras- está siendo investigada por una comisión del Senado que detectó en sus operaciones movimientos sospechosos, en los que al parecer está implicada la familia presidencial.

El pasado 21 de Septiembre, el Senado discutió en una sesión el tema de Facopsa. Y el grupo de senadores, encabezados por Eric Rubio Barthell, presentó una condena pública contra la empresa de Cosme, quien también es investigado por la Secretaría de la Función Pública a petición del Congreso. La investigación podría incluir ahora la controvertida compra de la bahía michoacana.

Para llegar por tierra a El Tamarindillo sólo hay un camino: Dos kilómetros de terracería que parten de la asfaltada carretera de la costa. Sube el camino por una colina bordeada de árboles exóticos -parota, cedro rojo, caoba, barcino, palo fierro-. Luego desciende al mar.

En la playa quedan semidestruidos tres pequeños techos de palmera sostenidos por horcones. Apenas dan sombra a los círculos de piedras dispuestos en el suelo. Piedras ahumadas. Rústicos fogones. Los anteriores dueños solían cocinar frente al mar.

Cosme Mares hizo colocar un portón que bloquea hoy el acceso al camino. Un guardia lo vigila, recostado en una hamaca. Por ahí entra la escolta que llega de Los Pinos. La bahía se va transformando en el paraíso privado de los Fox.

Revista Espejo