EL VERDADERO ROSTRO DE UN PASTOR CATOLICO
La ambición, soberbia y altivez, que coronan el Ministerio del purpurado metropolitano, son inequívocamente la antitesis del Cristo que dice representar, y una parte de otras incongruencias que se dan en el devenir de su vida, como frutos insípidos que no corresponden a un hombre que tiene que predicar con el ejemplo.- Para analistas e historiadores o doctos en religión es difícil concebir lo sacro y radical de un sermón de la montaña, con el sermón político de catedral. Imposible asimilar la sabia espiritual de un redentor de almas llamado Cristo y discípulos, con la inopia, terrenal y torpe actitud de los purpurados mexicanos.
Para los más exigentes y agudos críticos de la fe romana, los extravíos del cardenal son la mejor demostración, que de Dios solo tienen el nombre, y nos da la oportunidad para romper con el amarre de una herencia religiosa que sigue sin aportar nada que haya favorecido a nuestra sociedad en sus casi 500 años de imposición, por el contrario, el amasiato con las èlites del poder tras las mal concebidas relaciones Iglesia-Estado son la mejor demostración de que su reino es terreno y que no habrá quien les frene en sus ambiciones de poder.
Lo preocupante para diversos sectores de nuestra sociedad, es que su falta de temor de Dios tras las alianza con las èlites de poder económico, le envalentonó para pronunciarse contra la represión del pueblo sin importar el genocidio o muerte de sus hermanos, su favoritismo y urgencia por reconocer a Felipe Calderón, incrementó la crisis social de la nación, la hostilidad entre sus mismos feligreses, tal es el caso de Oaxaca en donde valiéndose de la inopia espiritual, es complaciente para con unos y severo para con otros, cuando su actuación de buen pastor es la atención del rico y pobre por igual, ser árbitro imparcial en un conflicto que crece y da lugar para que recriminen sus mensajes políticos en catedral.
Contundente prueba del abandono de Dios que pesa sobre éste y todos los purpurados de este reino terrenal.
TIEMPO DE ROMPER EL AMARRE
La actitud equivocada y extravío de Norberto Rivera Carrera y Juan Sandoval Iñiguez máximos jerarcas de la Iglesia romana, permite que millones apostaten de la fe, al evaluar que fueron víctimas de la colonización y su heredad religiosa, su prédica ahí está, sus obras a la luz del día, sus ambiciones no las pudieron ocultar, su soberbia a flor de piel, su engaño teológico doctrinal sea limbo o purgatorio ahí están, misma indefinición de sus falacias dogmáticas, hoy la pregunta es «TIENES EL VALOR O TE VALE», de una u otra forma Norberto Rivera incrementa el éxodo de feligreses y da muerte a la fe de millones de seguidores.
SU LUCHA POR EL TEPEYAC
Como explicar su malévola lucha contra Guillermo Shulemburg a quien despojó de la abadía más rica de México, linchándolo y valiéndose de la inopia y fanatismo del sus feligreses a quienes predispuso, exhibiéndolo como enemigo de la supuesta aparición; como entender su primer amenaza de rebelión cuando incentivó a su grey para que se levantaran en contra el gobierno capitalino si daban entrada a la ley sobre el aborto que era acorde con su falsa moral, clérigos sin escrúpulos cuyo antecedente tiene un historial de abortos y muerte de monjas en los conventos, cientos de fetos que ellos mismos sepultaron para cubrir el centro de sus escapes, doble vida y perversión.
LOS NEGOCIOS CARDENALICIOS
Cardenales Norberto Rivera Carrera y Juan Sandoval Iñiguez ambos involucrados con grupos de poder económico y personajes non gratos, mismas ambiciones y nexos que avergüenzan al país; el primero, ofertó al mejor postor los derechos de la Guadalupana, un negocio millonario que es estéril en la fe, pero que explotan internacionalmente firmas extranjeras en detrimento de la economía de los crédulos. Dio luz verde para la promoción de la misma imagen en comida chatarra en la visita de Juan Pablo II a México, entre otros promocionales que exprimieron a esta deidad. Por su parte, el segundo Sandoval Iñiguez consolidó su relación con José María Guardia el señor de los casinos, quien destapó la cloaca de las inversiones de la Iglesia romana en alta mar en donde operan los casinos de la institución entre otros pingues negocios no lícitos.
ENCUBRIMIENTO DE PEDERASTAS
A las incongruencias del jerarca se suman la denuncia valiente que interpuso el joven Joaquín Aguilar pretendiendo proteger a decenas de jóvenes del abuso de un depredador en potencia, como lo es el padre Nicolás Aguilar, acusación que revirtió un Cardenal en un acto injusto y prepotente, quien para protegerse echó mano de la fuerza gubernamental, antes que corregir los extravíos de sus discípulos, mas grave aun cuando su influencia sobre el Secretario de Gobernación Carlos Abascal Carranza, sirve para sentenciar a demandantes prohibiéndoles la entrada al país por los siguientes cinco años, nefasto proceder de un funcionario servil, cuya tesis confesional parafrasea que la fuerza eclesiástica está por encima de la civil; flaco favor le hace al pueblo de México su devota actitud, cuando el reclamo y obligación es meter en cintura a quienes abusan de su fuero, sean políticos, militares, civiles o religiosos. Por esta clase política México está en inmerso en la corrupción.
SU INCURSION EN POLITICA
Por si esto no bastara al Cardenal, incursiona con desparpajo en la vida política del País, al imponer su pasarela política para el control de candidatos, e iniciar sus talleres de orientación al voto, o sea la afiliación de su grey en pro del candidato de la Iglesia; reta, exige y presiona para fortalecer sus cotos, en su ambición política declara antes que el tribunal quien es el ganador y exige tras la declaración del vencedor de acuerdo al TRIFE, la primer reunión con Calderón y su grupo de economistas en el país, enfrentando y violentando no solo a candidatos del partido opositor y seguidores, sino el estado de derecho; acrecentando el encono que hoy recrimina por las virulentas manifestaciones en su contra dentro de catedral, llevando en su pecado la penitencia del repudio y falta de respeto como cardenal.
Un «SIERVO DE DIOS» imprudente, carente de valores espirituales y dirección divina, que azuza masas y provoca ira, que tira la piedra y esconde la mano; que no está dispuesto a sufrir el vituperio y enfrentar las turbas que él mismo provocó, que sigue amenazando con el cierre de catedral y templos nacionales, como lo hizo el clero Cristero en 1926, actitud negativa e imprudente de un purpurado que dice representar a Dios, derecho que no se le niega porque Baal también es Dios y tiene siervos. Un cardenal que simplemente cosecha lo que sembró, desprestigiando los recintos sacros, la dignidad y la moral de la Iglesia al nivel de los partidos políticos y las instituciones de gobierno, a grado tal que tiene que ser resguardado por la policía federal y otras corporaciones.
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