ENTRE EL MIEDO Y LA CIVILIDAD
ENTRE EL MIEDO Y LA CIVILIDAD, ENTRE LA INDOLENCIA Y EL COMPROMISO SOCIAL
De pronto, como “bola de nieve”, se observa el empoderamiento ciudadano dentro del conflicto postelectoral, generado por la torpeza de quienes ahora pretenden descalificar la indignación, la desconfianza y el agravio de millones de mexicanos.
Con gran presión política, social y mediática se espera el resultado que vaya a dar el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, TRIFE, integrado por siete magistrados que componen la Sala Superior, sobre le resultado del computo distrital de la elección presidencial, impugnado por el aspirante Andrés Manuel López Obrador para “no darle validez a la elección presidencial del 2 de julio”.Con la tercera asamblea informativa, convocada por el candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, se mostró el rostro verdadero del México vigente, vivo, plural, incluyente y culturalmente de amplia civilidad política.El recuento de votos, es ahora una constante social y una sincera exigencia cívica muy a pesar de los burdos y descarados intentos por desacreditar el reclamo a través de la mayor parte de los medios de comunicación. Incluso, pero sobre todo, más allá de los mismos partidos políticos que en coalición abanderaron la candidatura de López Obrador. El candidato presidencial que ha impugnado el resultado electoral del 2 de julio, “cobijado” por una amplia, convencida y vasta “masa social”, que según se demuestra en su participación, esta más que convencida, se observa como un “líder moral” necesario.La gran y nueva concentración popular en la ciudad de México, celebrada el domingo 30 de julio, en apoyo a la demanda de “voto por voto, casilla por casilla”, demostró que para muchos mexicanos es importante, casi indispensable contar con anhelos, con esperanzas y sueños de “un México mejor”.Ahora, millones de mexicanos de toda la República, incluyendo una parte de “nuestra conservadora sociedad queretana”, se ha sumado a la convicción racional contra el sistema de “simulación democrática” que esta en juego.Más allá de ideologías partidistas, de siglas partidarias y consignas de intereses de grupo, una buena parte de la sociedad considera que existen elementos que irremediablemente exigen “limpiar el proceso electoral”. Trasparentando el conteo de votos, por supuesto.Por encima de cualquier análisis socio-político, sobre la sincera y convencida participación ciudadana hacía el reclamo de “voto por voto, casilla por casilla”, la poderosa sensación de nacionalismo, patriotismo y dignidad, de quienes han participado en las pasadas asambleas informativas, demuestra la existencia de una nueva sociedad.Una sociedad, que no esta dispuesta a callar, a dejarse arrebatar lo que considera importante; una sociedad que esta ávida de hacerse sentir como un núcleo humano pensante que merece y reclama respeto; una sociedad que finalmente, por encima de partidos políticos hará escuchar su voz, aún a pesar de las inmoral actitud y actuación de los medios de comunicación, fieles aliados del poder económico.Hoy por hoy, asistir y participar a los actos de resistencia civil, como una herramienta social para exigir claridad y transparencia sobre el resultado de las elecciones presidenciales significa un acto de civilidad, de dignidad y solidaridad para los millones de gentes que sembraron su esperanza en un candidato que contrasta su proyecto con la propuesta del candidato de los grupos de poder.También vale la pena resaltar que para quienes han asistido a los llamados del candidato presidencial, la sensación de orgullo es poderosísima, incluso de gran satisfacción al saber que con su participación se engrandece la dignidad y el rechazo a la simulación corrompida. Finalmente, es grato reconocer que “no todo esta perdido”, los impostores y espurios políticos de la derecha están “jugando con fuego”, y aunque los medios electrónicos e impresos, en su mayoría han pretendido desviar la atención del fondo de este problema postelectoral, se observan visos de preocupación, sin olvidar por supuesto, que lamentablemente “todo” lo que sucede en México es “revisado y avalado” por nuestro vecino del norte, que ante los hechos y movilizaciones, seguramente no están dispuestos a permitir una confrontación social innecesaria y por ende, “darán línea” para evitar la polarización, es decir, tendremos, por sensatez y sentido común, un gobierno federal interino hasta nuevas elecciones. Esto último se presenta como un escenario posible. (vmsb)