Si yo fuera rico!

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* Si yo fuera rico, despreciaría a los pobres, pues desde que el mundo es mundo, los ricos han despreciado a los pobres y han convertido en un arte fingir que los respetan.

Me gustaría haber nacido en una familia rica, pero en el siglo XIX y, de ser posible, en Rusia. Entonces, como en la Infancia de Tolstoi, mis padres hubiesen contratado un preceptor alemán. Yo hubiese estudiado lenguas, historia, arte, ciencias y filosofía.

No sería un mariconazo como los riquillos de hoy, pues también habría aprendido a cazar, a montar a caballo, a salir al campo en temperaturas de treinta bajo cero. Habría pasado por la disciplina militar. También habría conocido la fragilidad pues en cualquier momento una mínima enfermedad me enviaría a la tumba. De primera mano conocería los piojos, la sangre, quizá la guerra. Habría experimentado muchas lindezas de la vida pues en aquel entonces era imposible vivir en una burbuja de cristal.

Si hubiese sido un hijo biennacido de una familia adinerada en Francia, tal vez mis padres habrían reclutado al stendhaliano Julien Sorel para que me abriera la cabeza. Aunque nunca tuve una hermana que pudiese enamorarse de él.

Si yo fuera rico, despreciaría a los pobres, pues desde que el mundo es mundo, los ricos han despreciado a los pobres y han convertido en un arte fingir que los respetan. Por supuesto, me sentiría ofendido si me despreciara alguien todavía más rico que yo.

Si yo fuera un rico del siglo XIX me metería de lleno en los libros. Trataría de aprender tanto como pudiera, hablaría con corrección, escribiría sin defecto, para volver más evidente la diferencia entre los de mi condición y los menos favorecidos. Sin duda la retórica estaría entre mis estudios esenciales.

Con la cartera bien llena en aquel pasado, quizá me dejaría seducir por la antropología, la geología o cualquier otra actividad que representara una aventura. Me metería en alguna selva o bosque o desierto o montaña en busca de algo que hiciera latir el corazón. Total, nunca faltarían pobretones que me carguen la maleta. Pero eso sí, en caso de que aparezca un león, yo mismo me lo despacho. No nomás Hemingway.

Ah, qué bonito hubiera sido poseer mucho billete en aquel entonces, pues me habría encargado de que tener más se convirtiera en ser más.

También hoy me gustaría ser rico. Aunque en estos tiempos no sirve para tanto.

Hoy mis padres me convertirían en un petimetre. Tal vez yo me daría cuenta de que los pobres son más sabios, y que los cultos están entre la clase media. Aunque tal vez la cabeza no me diera para percibir semejante verdad.

Hoy seguiría despreciando a los miserables, pero ya sin argumentos y sin elegancia para disimularlo. Asistiría a escuelas donde las altas colegiaturas me garantizaran novias de mi misma clase, pero a ver quién les quita lo pendejas.

Hoy me expresaría con más torpeza que mis sirvientes. Sabría mucho menos que los empleados de mi padre. Pensaría que caro y elegante son sinónimos.

Si yo fuera un mocoso millonario disfrutaría mi ignorancia, mi ilusión de ser alguien en la vida porque soy hijo de no sé quién. Y como no puedo ser brillante, entonces haría de la estupidez una moda, y así me sentiría feliz y contento y protegido de todo mal.