Lecciones de cinismo
Jorge Lara Rivera
Seis horas vergonzantes de desfachatez y soberbia, un claro desmentido del supuesto ‘respeto a la ley’ como política de estado que tanto predica el régimen federal. Así puede calificarse a la comparecencia ante la Comisión de Comunicaciones del Congreso del todólogo panista Juan Molinar Horcasitas, citado para explicar asuntos trascendentes –como la adjudicación de concesiones del espacio infoeléctrico, el nombramiento del nuevo presidente de la COFETEL y la crisis de la aeronavegación nacional evidenciada por tanto revuelo en Mexicana de Aviación– mismos que presentan graves irregularidades que le son imputables.
Molinar se permitió desplegar en esta oportunidad la panoplia de su histrionismo, empleando ardides y circunloquios para eludir responder los cuestionamientos: sarcástico a momentos, ironizando sobre el plan de pagos del concesionario, respecto al reclamo de haber construido a modo la convocatoria y diseñada su adjudicación a Nextel-Televisa, burlón sobre el favorable esquema de pago a la Nación correspondiente a ellos, en otro; rebosante de indiferencia ante el reclamo directo de los legisladores por lo ilegal de la designación que hizo de su empleado Mony de Swaan, carente de experiencia y solvencia en el área, autovotando por su nombramiento para presidente de la COFETEL, y estableciendo el inicio de un nuevo período para esa presidencia cuando lo procedente era que ese fuera por lo restante –4 años– que faltó a Héctor Osuna, aquél incómodo y áspero crítico de ambiguas prácticas de la SCT. Pero el funcionario tiene la piel dura, qué duda cabe.
Empero no puede escapar de su pasado que lo condena. Por eso no se inmutó cuando ásperamente, el representante del PT le señaló “sus corruptelas y servilismo con el gran capital”; tampoco se mostró receptivo a los fuertes comentarios formulados en su contra por responsabilidad omisa en la tragedia de la guardería “ABC” de Hermosillo, Son., subrogada del IMSS, señalada incluso en el proyecto de un ministro ponente de la Corte y que desde el público le llegaron incluso con pancartas. El historial de Molinar Horcasitas, comodín del presente régimen federal, no es algo para enorgullecerse pero le ha resultado muy lucrativo, por eso ni pensar en que renuncie. De ahí que la idea de un Juicio Político en su contra sea lo más viable, amén de que se le despediría en medio del repudio social y el desprecio público que merece. Sin embargo, por desgracia, su conducirse en el servicio público no es excepción sino regla en este gobierno del “Estado de Derecho”.
Allí anda de nuevo José Luis Luege Tamargo pavoneando su ineptitud, sin darse por vencido repartiendo culpas y responsabilidades antes que aceptar el incumplimiento de sus deberes y compromisos en la Conagua. Mientras, crece el nivel contenido en las presas y se desbordan ya los canales del área metropolitana… pero “es que ha sido el año más lluvioso, bla bla blá”.
Por tales hechos no sorprende gran cosa que la cabeza del equipo, en otra jornada del llamado ‘Diálogo Nacional por la Seguridad’, ante la magnitud sangrienta del inocultable fracaso de su ‘estrategia’ para combatir al narco y al crimen organizado, se haga ahora el abierto, el dispuesto al diálogo, el preparado para “revisarla, fortalecerla o modificarla”, exigiendo a los partidos opositores una sinceridad en sus pronunciamientos de la que él siempre carece. Y todavía peor, cuando consta a todos cómo se mantuvo aferrado a su guerrita sin parar mientes ni escuchar razones. En esa misma reunión, su “patiño” César Nava, ayuno de opinión partidista propia, apenas acertó a balbucear que “es tiempo de los acuerdos”, de sumar (¡él! ¡que ha promovido la división y la resta como nadie!) voluntades. Y en el mismo tenor, el mercachifle chaquetero mediático Jorge Kawaghi, caracterizado ahora como representante de esa franquicia que es el PANal, igual que una de esas candidatas a Señorita Simpatía, pidió (lucro de por medio, por supuesto) unirse y “la paz mundial”.
Por su parte y concertadamente el nuevo secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, de “anteponer el interés nacional frente al vil interés particular” habló, seguro sangrándole la lengua, en la Cámara de Diputados. Con qué autoridad moral va a pedir a otros que realicen lo que uno mismo debe cambiar de sí, pues el PAN-Gobierno es epítome facciosa, de sectarismo y parcialidad mezquinos en sus actos. ¿O se trata de dar nuevas lecciones de Cinismo? Será cosa de la proximidad del retorno a clases.
Seis horas vergonzantes de desfachatez y soberbia, un claro desmentido del supuesto ‘respeto a la ley’ como política de estado que tanto predica el régimen federal. Así puede calificarse a la comparecencia ante la Comisión de Comunicaciones del Congreso del todólogo panista Juan Molinar Horcasitas, citado para explicar asuntos trascendentes –como la adjudicación de concesiones del espacio infoeléctrico, el nombramiento del nuevo presidente de la COFETEL y la crisis de la aeronavegación nacional evidenciada por tanto revuelo en Mexicana de Aviación– mismos que presentan graves irregularidades que le son imputables.
Molinar se permitió desplegar en esta oportunidad la panoplia de su histrionismo, empleando ardides y circunloquios para eludir responder los cuestionamientos: sarcástico a momentos, ironizando sobre el plan de pagos del concesionario, respecto al reclamo de haber construido a modo la convocatoria y diseñada su adjudicación a Nextel-Televisa, burlón sobre el favorable esquema de pago a la Nación correspondiente a ellos, en otro; rebosante de indiferencia ante el reclamo directo de los legisladores por lo ilegal de la designación que hizo de su empleado Mony de Swaan, carente de experiencia y solvencia en el área, autovotando por su nombramiento para presidente de la COFETEL, y estableciendo el inicio de un nuevo período para esa presidencia cuando lo procedente era que ese fuera por lo restante –4 años– que faltó a Héctor Osuna, aquél incómodo y áspero crítico de ambiguas prácticas de la SCT. Pero el funcionario tiene la piel dura, qué duda cabe.
Empero no puede escapar de su pasado que lo condena. Por eso no se inmutó cuando ásperamente, el representante del PT le señaló “sus corruptelas y servilismo con el gran capital”; tampoco se mostró receptivo a los fuertes comentarios formulados en su contra por responsabilidad omisa en la tragedia de la guardería “ABC” de Hermosillo, Son., subrogada del IMSS, señalada incluso en el proyecto de un ministro ponente de la Corte y que desde el público le llegaron incluso con pancartas. El historial de Molinar Horcasitas, comodín del presente régimen federal, no es algo para enorgullecerse pero le ha resultado muy lucrativo, por eso ni pensar en que renuncie. De ahí que la idea de un Juicio Político en su contra sea lo más viable, amén de que se le despediría en medio del repudio social y el desprecio público que merece. Sin embargo, por desgracia, su conducirse en el servicio público no es excepción sino regla en este gobierno del “Estado de Derecho”.
Allí anda de nuevo José Luis Luege Tamargo pavoneando su ineptitud, sin darse por vencido repartiendo culpas y responsabilidades antes que aceptar el incumplimiento de sus deberes y compromisos en la Conagua. Mientras, crece el nivel contenido en las presas y se desbordan ya los canales del área metropolitana… pero “es que ha sido el año más lluvioso, bla bla blá”.
Por tales hechos no sorprende gran cosa que la cabeza del equipo, en otra jornada del llamado ‘Diálogo Nacional por la Seguridad’, ante la magnitud sangrienta del inocultable fracaso de su ‘estrategia’ para combatir al narco y al crimen organizado, se haga ahora el abierto, el dispuesto al diálogo, el preparado para “revisarla, fortalecerla o modificarla”, exigiendo a los partidos opositores una sinceridad en sus pronunciamientos de la que él siempre carece. Y todavía peor, cuando consta a todos cómo se mantuvo aferrado a su guerrita sin parar mientes ni escuchar razones. En esa misma reunión, su “patiño” César Nava, ayuno de opinión partidista propia, apenas acertó a balbucear que “es tiempo de los acuerdos”, de sumar (¡él! ¡que ha promovido la división y la resta como nadie!) voluntades. Y en el mismo tenor, el mercachifle chaquetero mediático Jorge Kawaghi, caracterizado ahora como representante de esa franquicia que es el PANal, igual que una de esas candidatas a Señorita Simpatía, pidió (lucro de por medio, por supuesto) unirse y “la paz mundial”.
Por su parte y concertadamente el nuevo secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, de “anteponer el interés nacional frente al vil interés particular” habló, seguro sangrándole la lengua, en la Cámara de Diputados. Con qué autoridad moral va a pedir a otros que realicen lo que uno mismo debe cambiar de sí, pues el PAN-Gobierno es epítome facciosa, de sectarismo y parcialidad mezquinos en sus actos. ¿O se trata de dar nuevas lecciones de Cinismo? Será cosa de la proximidad del retorno a clases.