Diestra y siniestra
Revista Cambio: Josué Huerta
♦ Jesús Ortega lleva al perredismo al centro derecha; al 73 por ciento de los votantes le desagrada esta fusión política, porque sólo busca el poder.
Lo que parecía irreconciliable en el sistema político mexicano después de las elecciones de 2006 era que el PAN y el PRD compartieran, electores y la búsqueda, en común, del poder. Fueron los traspiés electorales de 2009, lo que motivó a los dirigentes de estos partidos a fusionarse, en este año, para restarle fuerza al PRI rumbo a los comicios del 4 de julio.
Sin embargo, el daño que podrían ocasionar, con su alianza contra natura, es un elevado índice de abstencionismo. Desde este momento, las encuestas indican que la amalgama electoral que pretenden Jesús Ortega y César Nava disgusta a los votantes.
El argumento que utilizan los panistas y perredistas es el acabar con cacicazgos en al menos cuatro estados del país. Aunque la incongruencia, el pragmatismo y el choque ideológico quedan exhibidos a flor de piel.
Y es un Jesús Ortega que lleva al perredismo a una inflexión negativa. Su acercamiento al centro-derecha evidencian una decadencia de un ala de la izquierda que desea obtener triunfos a costa de la pérdida de la identidad construida a lo largo de 21 años de existencia en el escenario político.
Incluso la insistencia de Ortega lo ha llevado a olvidar la lucha de 2006 y la derrota electoral que representó que el PAN ganara la Presidencia de la República.
Tanto César Nava Vázquez como Jesús Ortega Martínez subrayaron que la alianza entre los dos partidos que dirigen es la opción que les permitirá convertirse en un verdadero rival frente al PRI.
“No se trata de decisiones inspiradas en el apetito electoral, sino pensando en todo caso, en todo momento, en el bien de un estado en particular, como pudiera ser Oaxaca, Puebla, Durango, Hidalgo, o más aún, pensando en el bien del país”, puntualizó el dirigente nacional del blanquiazul
Sin embargo, Jesús Ortega evade profundizar en el tema y esconde ante su “socio electoral” que la situación en el seno perredista es complicado debido a que el grupo de Andrés Manuel López Obrador está indeciso.
El director del Centro de Investigaciones en Humanidades del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, José Fernández Santillán puntualizó, en la edición 404 de CAMBIO, que el reto de la alianza es grande para lograrlo, ya que las divisiones en el PRD entre los llamados “chuchos” y los “lópezobradoristas” puede complicar la meta final, en tanto que el PAN está pensando en sacar los mayores beneficios posibles de esta fractura.
Sin embargo, desde el 5 de diciembre de 2009, Andrés Manuel López Obrador reprobó la posibilidad de que el PRD sostuviera alianzas electorales con el PRI o el PAN en este año. Advirtió, en ese momento, que no se podría hacer alianzas con las dos fuerzas políticas, porque representan a los potentados, a quienes se creen amos y señores de México, a la oligarquía.
“Aparte de que nos robaron la Presidencia de la República y son los responsables de la tragedia nacional, la verdad es que una alianza con el PRI y el PAN es una alianza con la oligarquía, con la mafia del poder, porque esos dos partidos son de los mafiosos”, sostuvo. “Nosotros no tenemos que hacer nada con esa gente, señaló al recordar que “desde el principio dijimos que el movimiento de transformación que está por encima de intereses partidistas, porque aquí pueden participar simpatizantes del PRD, PT y Convergencia”.
A pesar de la tensión que se vive entre perredistas, Jesús Ortega, continúa en campaña para impulsar la unión de su partido con el PAN para derrocar al PRI en diferentes estados del país, a pesar de que esto aumente el descontento de la ciudadanía con la política y posiblemente propicie el abstencionismo en futuras elecciones.
Para Rosendo Bolívar, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN) e integrante del Sistema Nacional de Investigadores, el dirigente nacional perredista, con el tema de las alianzas “contra natura”, demuestra que el interés de su corriente, “de la izquierda que él quiere”, es partidista y no social.
“Son cosas que se entienden por quienes están al frente del PRD, pragmatismo puro. Nueva Izquierda es una corriente que tiene un nombre muy bonito pero, pues de izquierda cada vez tiene menos y, han buscado hacer un corrimiento del PRD de la izquierda al centro y del centro casi hasta la derecha porque está buscando alianzas con candidatos de otra ideología y no con partidos como el PT y Convergencia”, expone.
Y es que las coaliciones con el PAN no siempre son benéficas para el PRD, como ocurrió en el caso de Nayarit y Chiapas, donde los candidatos ganadores terminaron por tener posiciones más cercanas a las de Acción Nacional que a las del partido del sol azteca lo que provocó una decepción de los partidos de izquierda.
Caída en las preferencias
La nueva alianza que gestan ambos partidos, en principio en los estados de Oaxaca, Hidalgo y Durango, para “tumbar” al PRI, también causa descontento entre los electores y no sólo entre los simpatizantes del PRD y el movimiento lopezobradorista, tal como lo demuestra una encuesta publicada por el diario Excélsior, el lunes 25 de enero, elaborada por la casa encuestadora Beltrán y Asociados donde se expone que únicamente el 27 por ciento de la población estaría de acuerdo en la unión de estos partidos, pues el resto considera que con estas alianzas se busca “únicamente el poder” y demuestra que a los políticos les interesan más los puestos que sus ideologías.
A esto, el investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique González Casanova, señala que coaliciones entre PAN y PRD “ambos con profundas diferencias” podría ahondar, aún más, el desencanto del electorado al evidenciar que el mayor atractivo de la política no es más que estar en la posesión del poder pero sin un proyecto que permita a la ciudadanía distinguir qué se persigue.
“No me parece una encuesta nada alejada de la realidad (la de Beltrán) si a mí me hubiese encuestado hubiera respondido que la alianza me parece incongruente ¿Hacia dónde se dirigiría un gobierno emanado de una alianza con estas características? ¿Qué proyecto de nación perseguirían?”, cuestiona el politólogo.
Sobre este punto, el estudio demoscópico, de Beltrán y Asociados, indica que el 73 por ciento de los mexicanos consultados considera que un pacto entre PAN y PRD no sería confiable. Mientras que el 54 por ciento no cree en el argumento de que un gobierno emanado de ambos partidos sería mejor que un priísta.
Al respecto Sabido Bastidas, analista político, señala que una parte de la población podría calificar de contradictoria y de desconfianza la unión de estos partidos para derrocar al PRI en diferentes entidades, también existe otro sector que le genera más desconfianza el gobierno de Ulises Ruiz.
Riesgos para PRD y PAN
El PRI, a diferencia del PAN y PRD, cuenta con un voto que los especialistas han calificado de “duro” es decir que un grueso de la población mexicana considera que este instituto continúa siendo la mejor opción por encima de las otras fuerzas políticas.
Hecho que podría ocasionar un revés a candidatos de la alianza, al propiciar que ciudadanos identificados con el blanquiazul o el perredismo no sólo no voten por el candidato del pacto, sino que den su sufragio al PRI.
“Entre tanta mescolanza creo que se les puede revertir, la gente puede decir: yo por qué voy a votar si soy 100 por ciento panista y ahora resulta que a mi candidato lo apoya el PRD, y lo mismo los que simpatizan con el de la Revolución Democrática”, explica Rosendo Bolívar.
En la pasada contienda de 2004, también se creó una alianza alrededor de Gabino Cué entre PAN y PRD, ocurrió que el resultado tan esperado nunca llegó, pues como se sabe el gobernador de aquel estado es el priísta Ulises Ruiz.
Por ello la aparentemente sencilla formula de sumar votos pudiera no ser tan certera y mecánica como lo piensan los opositores al Revolucionario Institucional.
Además, Enrique González Casanova opina que tanto el PAN como el PRD con estas alianzas tendrían una peor percepción por parte de la población como ha ocurrido en los últimos 10 años con diferentes acciones de gobierno emanados de estos partidos.
“Los adalides de la democracia Acción Nacional y el partido al que se van a aliar me parece algo totalmente desfasado… lo que quiero decir es que la conducta del PRD y PAN en los últimos 10 años no es garantía de la profundización del proceso democrático. Para decirlo claramente estos dos partidos se han convertido en el mismo tenor antidemocrático que le critican al PRI”, opina el analista político.
Los primeros sondeos ya advierten que al menos el 50 por ciento de la población opina que el PRI ganaría aquellos estados que actualmente gobierna, a pesar de las coaliciones entre el partido de izquierda y el de derecha.
Contradicciones
En la encuesta publicada por Excélsior se señala que las dos principales razones que exponen los electores entrevistados para repudiar la coalición entre PAN y PRD es la diferencia de ideas, al percibir a ambos institutos políticos como partidos totalmente opuestos.
Y no es para menos ya que en los últimos años ambos se han peleado por las “fraudulentas”, argumentan los perredistas, elecciones de 2006, y los otros por el no reconocimiento de Felipe Calderón como Presidente de la República.
Lo que en sí mismo ha traído en vilo a los mexicanos, provocando incluso que la sociedad misma se haya polarizado e incluido en el lenguaje cotidiano palabras como “espurio” o “presidente legítimo”.
Pero no sólo es en este tema en el que el PAN y PRD han debatido, peleado y atacado, pues lo mismo ocurre con el tema del aborto, los matrimonios entre personas del mismo sexo y la posibilidad de que estas parejas puedan adoptar niños y niñas, el manejo de la economía e incluso el Estado laico.
Es decir, que una alianza como la que plantean ambos institutos políticos, si bien la ley se los permite, por congruencia deberían de explicar a la sociedad que han llegado a acuerdos en diversos puntos antes de unirse para derrocar a un partido del que dicen: atenta contra la democracia, expresa Enrique González Casanova.
Añade: “Con una alianza entre estos dos partidos, que han chocado de manera frontal, forzosamente se tiene que dar una explicación en diversos temas en los que no se han puesto de acuerdo, la primera pregunta que cabe es: ¿El PRD va a reconocer la legalidad del Presidente? Y si así lo hace, entonces qué respuesta va a dar sobre la postura que ha mantenido desde 2006 a la fecha.
“Otro de los puntos es el manejo de la economía, pues el PAN se ha inclinado por el modelo neoliberal aún cuando no lo reconozca y el PRD, desde su línea más radical a la más moderada, opta por un modelo en el que la intervención directa del Estado en el manejo de la economía sea infinitivamente más amplia”.
En contra parte, el politólogo Sabino Bastidas Colunas señala que la coalición de este tipo se justifica al fomentar el cambio de poderes en las entidades del país donde la alternancia no se ha dado.
“Me parece que hay que verlas con pragmatismo, la causa es lo que justifica y explica las alianzas… yo explico estas alianzas locales en función del rezago democrático en muchas entidades del país, la incapacidad real de construir alternancia y alternativas de poder político ante la incapacidad de realmente tener democracia en los estados”.
La idiotez
Algunas de las opiniones más fuertes en contra de este pacto han provenido, no de Andrés Manuel López Obrador como se pudiera pensar, sino de figuras como Alejandro Encinas y Diego Fernández de Cevallos, éste último incluso calificó de una “idiotez política” la unión del PAN y PRD.
En una entrevista radiofónica el ex candidato a la presidencia por Acción Nación dijo que políticamente es una “idiotez” que el PAN se alíe con el PRD al ser éste un partido político que desconoce al actual gobierno, “lo repudia y lo descalifica”.
A esto, el coordinador de los legisladores del Revolucionario Democrática, Alejandro Encinas, señala que la unión sería una “promiscuidad política”. Mientras, el jefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard, considera que es favorable un pacto de este tipo.
Por lo que Rosendo Bolivar señala que la postura de Andrés Manuel López Obrador ha sido tibia, y apludió las declaraciones de Encinas.
“López Obrador dijo no estar de acuerdo pero “lo permite”, manifiesta.
Opinó que en el caso de las declaraciones de Marcelo Ebrard a favor de la alianza son porque ya se ve como candidato en 2012 de una posible coalición en contra del PRI.
Oaxaca e Hidalgo
El argumento principal del PRD y PAN para apoyar a un candidato en común es la alternancia en el poder, contribuir con la democracia y acabar con el cacicazgo en aquellos estados que gobierna el Revolucionario Institucional.
Sin embargo, en el caso de Oaxaca, donde se perfila por la alianza Gabino Cué, éste es un político emanado del PRI y que incluso en algunas declaraciones ha señalado que intentó volver a su partido, situación que a Rosendo Bolívar lo mueve a la desconfianza.
Prevé que por lo menos en Hidalgo, donde la coalición podría estar encabezada por Xóchitl Gálvez, resultaría más conveniente debido a que se trata de una mujer que a pesar de haber sido funcionaria de Vicente Fox, no por ello debe de tachársele de panista.
“Considero que una candidata ciudadana, como podría considerársele a ella, resultaría más conveniente para los fines que se persigue, los demás casos habría que analizarlos más a fondo”, sentencia.
♦ Jesús Ortega lleva al perredismo al centro derecha; al 73 por ciento de los votantes le desagrada esta fusión política, porque sólo busca el poder.
Lo que parecía irreconciliable en el sistema político mexicano después de las elecciones de 2006 era que el PAN y el PRD compartieran, electores y la búsqueda, en común, del poder. Fueron los traspiés electorales de 2009, lo que motivó a los dirigentes de estos partidos a fusionarse, en este año, para restarle fuerza al PRI rumbo a los comicios del 4 de julio.
Sin embargo, el daño que podrían ocasionar, con su alianza contra natura, es un elevado índice de abstencionismo. Desde este momento, las encuestas indican que la amalgama electoral que pretenden Jesús Ortega y César Nava disgusta a los votantes.
El argumento que utilizan los panistas y perredistas es el acabar con cacicazgos en al menos cuatro estados del país. Aunque la incongruencia, el pragmatismo y el choque ideológico quedan exhibidos a flor de piel.
Y es un Jesús Ortega que lleva al perredismo a una inflexión negativa. Su acercamiento al centro-derecha evidencian una decadencia de un ala de la izquierda que desea obtener triunfos a costa de la pérdida de la identidad construida a lo largo de 21 años de existencia en el escenario político.
Incluso la insistencia de Ortega lo ha llevado a olvidar la lucha de 2006 y la derrota electoral que representó que el PAN ganara la Presidencia de la República.
Tanto César Nava Vázquez como Jesús Ortega Martínez subrayaron que la alianza entre los dos partidos que dirigen es la opción que les permitirá convertirse en un verdadero rival frente al PRI.
“No se trata de decisiones inspiradas en el apetito electoral, sino pensando en todo caso, en todo momento, en el bien de un estado en particular, como pudiera ser Oaxaca, Puebla, Durango, Hidalgo, o más aún, pensando en el bien del país”, puntualizó el dirigente nacional del blanquiazul
Sin embargo, Jesús Ortega evade profundizar en el tema y esconde ante su “socio electoral” que la situación en el seno perredista es complicado debido a que el grupo de Andrés Manuel López Obrador está indeciso.
El director del Centro de Investigaciones en Humanidades del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, José Fernández Santillán puntualizó, en la edición 404 de CAMBIO, que el reto de la alianza es grande para lograrlo, ya que las divisiones en el PRD entre los llamados “chuchos” y los “lópezobradoristas” puede complicar la meta final, en tanto que el PAN está pensando en sacar los mayores beneficios posibles de esta fractura.
Sin embargo, desde el 5 de diciembre de 2009, Andrés Manuel López Obrador reprobó la posibilidad de que el PRD sostuviera alianzas electorales con el PRI o el PAN en este año. Advirtió, en ese momento, que no se podría hacer alianzas con las dos fuerzas políticas, porque representan a los potentados, a quienes se creen amos y señores de México, a la oligarquía.
“Aparte de que nos robaron la Presidencia de la República y son los responsables de la tragedia nacional, la verdad es que una alianza con el PRI y el PAN es una alianza con la oligarquía, con la mafia del poder, porque esos dos partidos son de los mafiosos”, sostuvo. “Nosotros no tenemos que hacer nada con esa gente, señaló al recordar que “desde el principio dijimos que el movimiento de transformación que está por encima de intereses partidistas, porque aquí pueden participar simpatizantes del PRD, PT y Convergencia”.
A pesar de la tensión que se vive entre perredistas, Jesús Ortega, continúa en campaña para impulsar la unión de su partido con el PAN para derrocar al PRI en diferentes estados del país, a pesar de que esto aumente el descontento de la ciudadanía con la política y posiblemente propicie el abstencionismo en futuras elecciones.
Para Rosendo Bolívar, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN) e integrante del Sistema Nacional de Investigadores, el dirigente nacional perredista, con el tema de las alianzas “contra natura”, demuestra que el interés de su corriente, “de la izquierda que él quiere”, es partidista y no social.
“Son cosas que se entienden por quienes están al frente del PRD, pragmatismo puro. Nueva Izquierda es una corriente que tiene un nombre muy bonito pero, pues de izquierda cada vez tiene menos y, han buscado hacer un corrimiento del PRD de la izquierda al centro y del centro casi hasta la derecha porque está buscando alianzas con candidatos de otra ideología y no con partidos como el PT y Convergencia”, expone.
Y es que las coaliciones con el PAN no siempre son benéficas para el PRD, como ocurrió en el caso de Nayarit y Chiapas, donde los candidatos ganadores terminaron por tener posiciones más cercanas a las de Acción Nacional que a las del partido del sol azteca lo que provocó una decepción de los partidos de izquierda.
Caída en las preferencias
La nueva alianza que gestan ambos partidos, en principio en los estados de Oaxaca, Hidalgo y Durango, para “tumbar” al PRI, también causa descontento entre los electores y no sólo entre los simpatizantes del PRD y el movimiento lopezobradorista, tal como lo demuestra una encuesta publicada por el diario Excélsior, el lunes 25 de enero, elaborada por la casa encuestadora Beltrán y Asociados donde se expone que únicamente el 27 por ciento de la población estaría de acuerdo en la unión de estos partidos, pues el resto considera que con estas alianzas se busca “únicamente el poder” y demuestra que a los políticos les interesan más los puestos que sus ideologías.
A esto, el investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique González Casanova, señala que coaliciones entre PAN y PRD “ambos con profundas diferencias” podría ahondar, aún más, el desencanto del electorado al evidenciar que el mayor atractivo de la política no es más que estar en la posesión del poder pero sin un proyecto que permita a la ciudadanía distinguir qué se persigue.
“No me parece una encuesta nada alejada de la realidad (la de Beltrán) si a mí me hubiese encuestado hubiera respondido que la alianza me parece incongruente ¿Hacia dónde se dirigiría un gobierno emanado de una alianza con estas características? ¿Qué proyecto de nación perseguirían?”, cuestiona el politólogo.
Sobre este punto, el estudio demoscópico, de Beltrán y Asociados, indica que el 73 por ciento de los mexicanos consultados considera que un pacto entre PAN y PRD no sería confiable. Mientras que el 54 por ciento no cree en el argumento de que un gobierno emanado de ambos partidos sería mejor que un priísta.
Al respecto Sabido Bastidas, analista político, señala que una parte de la población podría calificar de contradictoria y de desconfianza la unión de estos partidos para derrocar al PRI en diferentes entidades, también existe otro sector que le genera más desconfianza el gobierno de Ulises Ruiz.
Riesgos para PRD y PAN
El PRI, a diferencia del PAN y PRD, cuenta con un voto que los especialistas han calificado de “duro” es decir que un grueso de la población mexicana considera que este instituto continúa siendo la mejor opción por encima de las otras fuerzas políticas.
Hecho que podría ocasionar un revés a candidatos de la alianza, al propiciar que ciudadanos identificados con el blanquiazul o el perredismo no sólo no voten por el candidato del pacto, sino que den su sufragio al PRI.
“Entre tanta mescolanza creo que se les puede revertir, la gente puede decir: yo por qué voy a votar si soy 100 por ciento panista y ahora resulta que a mi candidato lo apoya el PRD, y lo mismo los que simpatizan con el de la Revolución Democrática”, explica Rosendo Bolívar.
En la pasada contienda de 2004, también se creó una alianza alrededor de Gabino Cué entre PAN y PRD, ocurrió que el resultado tan esperado nunca llegó, pues como se sabe el gobernador de aquel estado es el priísta Ulises Ruiz.
Por ello la aparentemente sencilla formula de sumar votos pudiera no ser tan certera y mecánica como lo piensan los opositores al Revolucionario Institucional.
Además, Enrique González Casanova opina que tanto el PAN como el PRD con estas alianzas tendrían una peor percepción por parte de la población como ha ocurrido en los últimos 10 años con diferentes acciones de gobierno emanados de estos partidos.
“Los adalides de la democracia Acción Nacional y el partido al que se van a aliar me parece algo totalmente desfasado… lo que quiero decir es que la conducta del PRD y PAN en los últimos 10 años no es garantía de la profundización del proceso democrático. Para decirlo claramente estos dos partidos se han convertido en el mismo tenor antidemocrático que le critican al PRI”, opina el analista político.
Los primeros sondeos ya advierten que al menos el 50 por ciento de la población opina que el PRI ganaría aquellos estados que actualmente gobierna, a pesar de las coaliciones entre el partido de izquierda y el de derecha.
Contradicciones
En la encuesta publicada por Excélsior se señala que las dos principales razones que exponen los electores entrevistados para repudiar la coalición entre PAN y PRD es la diferencia de ideas, al percibir a ambos institutos políticos como partidos totalmente opuestos.
Y no es para menos ya que en los últimos años ambos se han peleado por las “fraudulentas”, argumentan los perredistas, elecciones de 2006, y los otros por el no reconocimiento de Felipe Calderón como Presidente de la República.
Lo que en sí mismo ha traído en vilo a los mexicanos, provocando incluso que la sociedad misma se haya polarizado e incluido en el lenguaje cotidiano palabras como “espurio” o “presidente legítimo”.
Pero no sólo es en este tema en el que el PAN y PRD han debatido, peleado y atacado, pues lo mismo ocurre con el tema del aborto, los matrimonios entre personas del mismo sexo y la posibilidad de que estas parejas puedan adoptar niños y niñas, el manejo de la economía e incluso el Estado laico.
Es decir, que una alianza como la que plantean ambos institutos políticos, si bien la ley se los permite, por congruencia deberían de explicar a la sociedad que han llegado a acuerdos en diversos puntos antes de unirse para derrocar a un partido del que dicen: atenta contra la democracia, expresa Enrique González Casanova.
Añade: “Con una alianza entre estos dos partidos, que han chocado de manera frontal, forzosamente se tiene que dar una explicación en diversos temas en los que no se han puesto de acuerdo, la primera pregunta que cabe es: ¿El PRD va a reconocer la legalidad del Presidente? Y si así lo hace, entonces qué respuesta va a dar sobre la postura que ha mantenido desde 2006 a la fecha.
“Otro de los puntos es el manejo de la economía, pues el PAN se ha inclinado por el modelo neoliberal aún cuando no lo reconozca y el PRD, desde su línea más radical a la más moderada, opta por un modelo en el que la intervención directa del Estado en el manejo de la economía sea infinitivamente más amplia”.
En contra parte, el politólogo Sabino Bastidas Colunas señala que la coalición de este tipo se justifica al fomentar el cambio de poderes en las entidades del país donde la alternancia no se ha dado.
“Me parece que hay que verlas con pragmatismo, la causa es lo que justifica y explica las alianzas… yo explico estas alianzas locales en función del rezago democrático en muchas entidades del país, la incapacidad real de construir alternancia y alternativas de poder político ante la incapacidad de realmente tener democracia en los estados”.
La idiotez
Algunas de las opiniones más fuertes en contra de este pacto han provenido, no de Andrés Manuel López Obrador como se pudiera pensar, sino de figuras como Alejandro Encinas y Diego Fernández de Cevallos, éste último incluso calificó de una “idiotez política” la unión del PAN y PRD.
En una entrevista radiofónica el ex candidato a la presidencia por Acción Nación dijo que políticamente es una “idiotez” que el PAN se alíe con el PRD al ser éste un partido político que desconoce al actual gobierno, “lo repudia y lo descalifica”.
A esto, el coordinador de los legisladores del Revolucionario Democrática, Alejandro Encinas, señala que la unión sería una “promiscuidad política”. Mientras, el jefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard, considera que es favorable un pacto de este tipo.
Por lo que Rosendo Bolivar señala que la postura de Andrés Manuel López Obrador ha sido tibia, y apludió las declaraciones de Encinas.
“López Obrador dijo no estar de acuerdo pero “lo permite”, manifiesta.
Opinó que en el caso de las declaraciones de Marcelo Ebrard a favor de la alianza son porque ya se ve como candidato en 2012 de una posible coalición en contra del PRI.
Oaxaca e Hidalgo
El argumento principal del PRD y PAN para apoyar a un candidato en común es la alternancia en el poder, contribuir con la democracia y acabar con el cacicazgo en aquellos estados que gobierna el Revolucionario Institucional.
Sin embargo, en el caso de Oaxaca, donde se perfila por la alianza Gabino Cué, éste es un político emanado del PRI y que incluso en algunas declaraciones ha señalado que intentó volver a su partido, situación que a Rosendo Bolívar lo mueve a la desconfianza.
Prevé que por lo menos en Hidalgo, donde la coalición podría estar encabezada por Xóchitl Gálvez, resultaría más conveniente debido a que se trata de una mujer que a pesar de haber sido funcionaria de Vicente Fox, no por ello debe de tachársele de panista.
“Considero que una candidata ciudadana, como podría considerársele a ella, resultaría más conveniente para los fines que se persigue, los demás casos habría que analizarlos más a fondo”, sentencia.