En el PAN también hay derecha
Arrogante y deshonesta
En la derecha, también hay ultraderecha. Nadie duda de algo evidente: el PAN es la derecha organizada políticamente. La Iglesia (católica) representa a un sector de apariencia espiritual, de aguda militancia política que ha logrado a través de los años mantener una muy elevada cuota de poder. Si en los grandes movimientos sociales, la Iglesia ha perdido los combates principales, ha terminado por ganar la guerra. Sin duda es más hábil porque apela a Dios, a una larga lista de deidades y, desde luego, en el caso mexicano, a la Virgen de Guadalupe; y el catolicismo —que al pueblo se lo introdujeron de manera violenta y dramática— es un poder difícil de vencer. Lo intentaron los franceses y los rusos con dos revoluciones soberbias. Al final, la religión quedó triunfante.
El PAN, ya con la certeza de dos periodos presidenciales, en la bolsa, poco a poco va mostrando los dientes de su fiero conservadurismo. Vicente Fox no fue tan cauteloso, mandó sacar el retrato de don Benito Juárez de Los Pinos e hizo alarde de sus creencias en un sistema laico. Era ridículo verlo asistir a misa de la mano de su nueva esposa, Marta Sahagún; y así lo veo porque eran poses para la historia. La religión, como la ha visto lo mejor del Estado laico, es para manifestarse de manera íntima. Es así porque una práctica asaz ostentosa, ofende a los creyentes de otras religiones y México posee protestantes, judíos, musulmanes y ateos, para sólo citar las más importantes.
Pero, decía al inicio, ahora el PAN se engalla y no sólo va a misa y confiesa públicamente sus pecados, también utiliza los dineros de la nación para enriquecer a los sacerdotes de mayor jerarquía; tal es el caso de la escandalosa “limosna” que el gobernador de Jalisco, ahora conocido como el gober piadoso, Emilio González, le dio a la Iglesia católica para hacer un nuevo templo. Esto causó malestar de millones de mexicanos, muchos de ellos católicos. ¿De qué se trata? ¿De mejorar el nivel de vida de la alta jerarquía o nada más mostrarse generoso con sombrero ajeno?
Ahora los panistas no de derecha extrema, han reaccionado molestos porque ello ha mostrado el verdadero rostro de un partido clerical y reaccionario. Como si fuera poca cosa, la megalimosna, el gobernador ofendió a sus críticos. Pero esto no es más que la punta del iceberg, en la medida en que el PAN se acomode en Los Pinos y vea que es posible hacer un gobierno católico, prescindiendo del laico que ha funcionado bien, comenzaremos a darnos cuenta de sus niveles de conservadurismo.
Entonces será demasiado tarde y de nuevo regresaremos a los tiempos donde los liberales luchaban por quitarse el peso de una Iglesia llena de privilegios, arrogante y deshonesta.
En la derecha, también hay ultraderecha. Nadie duda de algo evidente: el PAN es la derecha organizada políticamente. La Iglesia (católica) representa a un sector de apariencia espiritual, de aguda militancia política que ha logrado a través de los años mantener una muy elevada cuota de poder. Si en los grandes movimientos sociales, la Iglesia ha perdido los combates principales, ha terminado por ganar la guerra. Sin duda es más hábil porque apela a Dios, a una larga lista de deidades y, desde luego, en el caso mexicano, a la Virgen de Guadalupe; y el catolicismo —que al pueblo se lo introdujeron de manera violenta y dramática— es un poder difícil de vencer. Lo intentaron los franceses y los rusos con dos revoluciones soberbias. Al final, la religión quedó triunfante.
El PAN, ya con la certeza de dos periodos presidenciales, en la bolsa, poco a poco va mostrando los dientes de su fiero conservadurismo. Vicente Fox no fue tan cauteloso, mandó sacar el retrato de don Benito Juárez de Los Pinos e hizo alarde de sus creencias en un sistema laico. Era ridículo verlo asistir a misa de la mano de su nueva esposa, Marta Sahagún; y así lo veo porque eran poses para la historia. La religión, como la ha visto lo mejor del Estado laico, es para manifestarse de manera íntima. Es así porque una práctica asaz ostentosa, ofende a los creyentes de otras religiones y México posee protestantes, judíos, musulmanes y ateos, para sólo citar las más importantes.
Pero, decía al inicio, ahora el PAN se engalla y no sólo va a misa y confiesa públicamente sus pecados, también utiliza los dineros de la nación para enriquecer a los sacerdotes de mayor jerarquía; tal es el caso de la escandalosa “limosna” que el gobernador de Jalisco, ahora conocido como el gober piadoso, Emilio González, le dio a la Iglesia católica para hacer un nuevo templo. Esto causó malestar de millones de mexicanos, muchos de ellos católicos. ¿De qué se trata? ¿De mejorar el nivel de vida de la alta jerarquía o nada más mostrarse generoso con sombrero ajeno?
Ahora los panistas no de derecha extrema, han reaccionado molestos porque ello ha mostrado el verdadero rostro de un partido clerical y reaccionario. Como si fuera poca cosa, la megalimosna, el gobernador ofendió a sus críticos. Pero esto no es más que la punta del iceberg, en la medida en que el PAN se acomode en Los Pinos y vea que es posible hacer un gobierno católico, prescindiendo del laico que ha funcionado bien, comenzaremos a darnos cuenta de sus niveles de conservadurismo.
Entonces será demasiado tarde y de nuevo regresaremos a los tiempos donde los liberales luchaban por quitarse el peso de una Iglesia llena de privilegios, arrogante y deshonesta.