Los cálculos del Presidente (osea EL ESPURIO)
Diario Libertad / Serpientes y Escaleras
La administración calderonista se apertrecha y se prepara para enfrentar un año que saben difícil, pero también que será clave para definir el panorama con el que el PAN llegue a las codiciadas y estratégicas elecciones intermedias de 2009
Hace no mucho tiempo, por ahí de noviembre del año pasado, empezó a perfilarse en el primer círculo del presidente Felipe Calderón el relevo que ayer se concretó en la Secretaría de Gobernación. Por esos días, cuando ya en el primer equipo de Los Pinos se veía como necesaria la salida de Francisco Ramírez Acuña, uno de los hombres más cercanos del Presidente, que hoy despacha en un partido, comentó en una reunión en corto: “¡Que le entre Juan Camilo, que se meta a los chingadazos de verdad! Es muy cómodo operar tras bambalinas y con el velo protector de la Presidencia, pero que le entre a la operación real, que se vaya a Gobernación”.
A partir de ayer, Juan Camilo Mouriño, el ex jefe de la Oficina de la Presidencia, se convirtió en secretario de Gobernación —el más joven, por cierto, en la historia reciente— y le entrará a “los chingadazos de verdad” de los que hablaba aquel calderonista de primer nivel. Mouriño no será más el operador que se mueve en las sombras, que negocia en la tenebra y que ejerce, sin tenerlas, las funciones del principal interlocutor político del Presidente y del gobierno.
Pero, ¿qué llevó al presidente Calderón y al mismo Juan Camilo a tomar la decisión de formalizar las funciones que, en la práctica, ya realizaba el ex asesor presidencial?
Hay varios cálculos en el movimiento estratégico que ayer concretó Calderón. El primero es la necesidad inaplazable que tenía de contar con un secretario de Gobernación. Francisco Ramírez Acuña había dejado de serlo en la práctica. El Congreso no hablaba con él, lo descalificaban en público y no le reconocían nivel de interlocución. La violencia generada por el narcotráfico lo había rebasado completamente y la seguridad nacional se le fue de las manos —si alguna vez la tuvo—, cuando con diferencia de meses el EPR le estalló bombas en instalaciones estratégicas de Pemex en el Bajío y Veracruz, en atentados que tuvieron costos elevados en lo económico y en lo político.
Con Mouriño, la apuesta de Calderón es recuperar, de manera inmediata la efectividad, eficiencia, el diálogo y la operación política en la Secretaría de Gobernación. Con todas las suspicacias que generó su labor desde las sombras, y al mismo tiempo el protagonismo que hasta en el interior del gabinete le cuestionaban, Juan Camilo ha demostrado ser un operador eficiente y efectivo. Un joven político que, con gran habilidad y métodos que más bien parecen ortodoxos, ha sido capaz de entenderse y de amarrar acuerdos con el ala más colmilluda y experimentada del PRI.
La relación que Mouriño ha trabado, sobre todo con Manlio Fabio Beltrones, pero también con Emilio Gamboa y con Beatriz Paredes, lo volvió el operador de los acuerdos. No fue una, sino varias las ocasiones en que Beltrones prefirió buscar y hablar con Juan Camilo que con el que tenía el cargo de Secretario de Gobernación, al tiempo que al experimentado priísta se le han escuchado comentarios por demás elogiosos para el joven político panista.
Son dos, pues, las condiciones que hacen que Calderón mueva a Mouriño hacia Gobernación: eficiencia y lealtad. Las dos tienen que ver con el otro motivo que explica este movimiento.
La convicción en el gobierno de que el panorama económico y social para este año se presenta “complicado”, hace que el Presidente decida que es momento de cohesionar a su equipo, deshacerse de los “secretarios de compromiso o de cuota” y colocar a sus hombres de confianza en las posiciones clave. La administración calderonista se pertrecha y se prepara para enfrentar un año que saben difícil, pero también que será clave para definir el panorama con el que el PAN llegue a las codiciadas y estratégicas elecciones intermedias de 2009.
Para decirlo llanamente: Calderón sabe que de su desempeño este año, particularmente complejo, dependen sus posibilidades de aspirar a ganar una mayoría en el Congreso federal en los comicios del próximo año.
A eso van Mouriño a Gobernación y Ernesto Cordero a la Secretaría de Desarrollo Social. Uno, a rescatar un área estratégica para el control político y de seguridad nacional; y el otro, a preparar el fértil terreno de la política social para que el PAN aspire a cosechar votos en 2009. (Y los Mexicanos serán capaces de votar por un partido que le esta DANDO EN LA MADRE A MEXICO?)
NOTAS INDISCRETAS… El lunes, en una comida a la que todavía asistió como subsecretario de Hacienda, Ernesto Cordero respondió a la pregunta de un periodista sobre la propuesta de Manlio Fabio Beltrones y el PRI para desaparecer la Sedesol y sobre todo a sus delegaciones federales, que los priístas tachan de cotos panistas. “El asunto es una presión política que tiene que evaluarse. El gobierno prepara un estudio que hará a nivel nacional, para evaluar a las delegaciones federales y determinar si hay duplicidad de funciones, gasto excesivo o situaciones que justifiquen su desaparición”, respondió Cordero.
Quién sabe si en ese momento, cinco horas antes del anuncio oficial, ya sabía que él sería el nuevo titular de Sedesol, pero hubo un momento en que Ernesto se apasionó tanto con el tema que lanzó casi una amenaza al PRI: “En todo caso, eliminar la Sedesol requeriría una reforma constitucional. Si insisten, podríamos ir incluso a la Corte y el gobierno federal podría dar la pelea”. Unas horas después, Ernesto Cordero fue nombrado secretario de Desarrollo Social...
Mientras los contadores públicos y contribuyentes se preparan y buscan la forma de ampararse contra el IETU, en Hacienda están muy tranquilos y confiados en que su flamante impuesto no podrá ser motivo de amparos que impidan su aplicación. Los abogados de la SHCP aseguran que han estudiado a fondo las bases legales que el Congreso dio al IETU y que “no hay manera” de que se los tiren por la vía del amparo. De entrada, afirman en el jurídico de la secretaría, no se puede hacer un machote para promover amparos en masa y, en todo caso, tendrían que ser alegatos individuales de los contribuyentes, lo que vacuna al impuesto contra la ola de amparos que le llovieron, por ejemplo, a la reformada ley del ISSSTE. “Tenemos bastante seguridad, no hay un claro elemento de inequidad que pueda argumentarse contra el IETU”, dijo un alto funcionario de Hacienda. Será entre el 1 y 12 de febrero cuando se abra el plazo —al iniciar su aplicación— para que se puedan presentar los primeros amparos que ya se están elaborando en muchos despachos contables… Los dados apuestan por Escalera. Acecha la Serpiente.
La administración calderonista se apertrecha y se prepara para enfrentar un año que saben difícil, pero también que será clave para definir el panorama con el que el PAN llegue a las codiciadas y estratégicas elecciones intermedias de 2009
Hace no mucho tiempo, por ahí de noviembre del año pasado, empezó a perfilarse en el primer círculo del presidente Felipe Calderón el relevo que ayer se concretó en la Secretaría de Gobernación. Por esos días, cuando ya en el primer equipo de Los Pinos se veía como necesaria la salida de Francisco Ramírez Acuña, uno de los hombres más cercanos del Presidente, que hoy despacha en un partido, comentó en una reunión en corto: “¡Que le entre Juan Camilo, que se meta a los chingadazos de verdad! Es muy cómodo operar tras bambalinas y con el velo protector de la Presidencia, pero que le entre a la operación real, que se vaya a Gobernación”.
A partir de ayer, Juan Camilo Mouriño, el ex jefe de la Oficina de la Presidencia, se convirtió en secretario de Gobernación —el más joven, por cierto, en la historia reciente— y le entrará a “los chingadazos de verdad” de los que hablaba aquel calderonista de primer nivel. Mouriño no será más el operador que se mueve en las sombras, que negocia en la tenebra y que ejerce, sin tenerlas, las funciones del principal interlocutor político del Presidente y del gobierno.
Pero, ¿qué llevó al presidente Calderón y al mismo Juan Camilo a tomar la decisión de formalizar las funciones que, en la práctica, ya realizaba el ex asesor presidencial?
Hay varios cálculos en el movimiento estratégico que ayer concretó Calderón. El primero es la necesidad inaplazable que tenía de contar con un secretario de Gobernación. Francisco Ramírez Acuña había dejado de serlo en la práctica. El Congreso no hablaba con él, lo descalificaban en público y no le reconocían nivel de interlocución. La violencia generada por el narcotráfico lo había rebasado completamente y la seguridad nacional se le fue de las manos —si alguna vez la tuvo—, cuando con diferencia de meses el EPR le estalló bombas en instalaciones estratégicas de Pemex en el Bajío y Veracruz, en atentados que tuvieron costos elevados en lo económico y en lo político.
Con Mouriño, la apuesta de Calderón es recuperar, de manera inmediata la efectividad, eficiencia, el diálogo y la operación política en la Secretaría de Gobernación. Con todas las suspicacias que generó su labor desde las sombras, y al mismo tiempo el protagonismo que hasta en el interior del gabinete le cuestionaban, Juan Camilo ha demostrado ser un operador eficiente y efectivo. Un joven político que, con gran habilidad y métodos que más bien parecen ortodoxos, ha sido capaz de entenderse y de amarrar acuerdos con el ala más colmilluda y experimentada del PRI.
La relación que Mouriño ha trabado, sobre todo con Manlio Fabio Beltrones, pero también con Emilio Gamboa y con Beatriz Paredes, lo volvió el operador de los acuerdos. No fue una, sino varias las ocasiones en que Beltrones prefirió buscar y hablar con Juan Camilo que con el que tenía el cargo de Secretario de Gobernación, al tiempo que al experimentado priísta se le han escuchado comentarios por demás elogiosos para el joven político panista.
Son dos, pues, las condiciones que hacen que Calderón mueva a Mouriño hacia Gobernación: eficiencia y lealtad. Las dos tienen que ver con el otro motivo que explica este movimiento.
La convicción en el gobierno de que el panorama económico y social para este año se presenta “complicado”, hace que el Presidente decida que es momento de cohesionar a su equipo, deshacerse de los “secretarios de compromiso o de cuota” y colocar a sus hombres de confianza en las posiciones clave. La administración calderonista se pertrecha y se prepara para enfrentar un año que saben difícil, pero también que será clave para definir el panorama con el que el PAN llegue a las codiciadas y estratégicas elecciones intermedias de 2009.
Para decirlo llanamente: Calderón sabe que de su desempeño este año, particularmente complejo, dependen sus posibilidades de aspirar a ganar una mayoría en el Congreso federal en los comicios del próximo año.
A eso van Mouriño a Gobernación y Ernesto Cordero a la Secretaría de Desarrollo Social. Uno, a rescatar un área estratégica para el control político y de seguridad nacional; y el otro, a preparar el fértil terreno de la política social para que el PAN aspire a cosechar votos en 2009. (Y los Mexicanos serán capaces de votar por un partido que le esta DANDO EN LA MADRE A MEXICO?)
NOTAS INDISCRETAS… El lunes, en una comida a la que todavía asistió como subsecretario de Hacienda, Ernesto Cordero respondió a la pregunta de un periodista sobre la propuesta de Manlio Fabio Beltrones y el PRI para desaparecer la Sedesol y sobre todo a sus delegaciones federales, que los priístas tachan de cotos panistas. “El asunto es una presión política que tiene que evaluarse. El gobierno prepara un estudio que hará a nivel nacional, para evaluar a las delegaciones federales y determinar si hay duplicidad de funciones, gasto excesivo o situaciones que justifiquen su desaparición”, respondió Cordero.
Quién sabe si en ese momento, cinco horas antes del anuncio oficial, ya sabía que él sería el nuevo titular de Sedesol, pero hubo un momento en que Ernesto se apasionó tanto con el tema que lanzó casi una amenaza al PRI: “En todo caso, eliminar la Sedesol requeriría una reforma constitucional. Si insisten, podríamos ir incluso a la Corte y el gobierno federal podría dar la pelea”. Unas horas después, Ernesto Cordero fue nombrado secretario de Desarrollo Social...
Mientras los contadores públicos y contribuyentes se preparan y buscan la forma de ampararse contra el IETU, en Hacienda están muy tranquilos y confiados en que su flamante impuesto no podrá ser motivo de amparos que impidan su aplicación. Los abogados de la SHCP aseguran que han estudiado a fondo las bases legales que el Congreso dio al IETU y que “no hay manera” de que se los tiren por la vía del amparo. De entrada, afirman en el jurídico de la secretaría, no se puede hacer un machote para promover amparos en masa y, en todo caso, tendrían que ser alegatos individuales de los contribuyentes, lo que vacuna al impuesto contra la ola de amparos que le llovieron, por ejemplo, a la reformada ley del ISSSTE. “Tenemos bastante seguridad, no hay un claro elemento de inequidad que pueda argumentarse contra el IETU”, dijo un alto funcionario de Hacienda. Será entre el 1 y 12 de febrero cuando se abra el plazo —al iniciar su aplicación— para que se puedan presentar los primeros amparos que ya se están elaborando en muchos despachos contables… Los dados apuestan por Escalera. Acecha la Serpiente.