Plaza Pública
Miguel Angel Granados Chapa
Atrévete a ver la verdad
Hoy se estrena en las cadenas de cine comercial la película de Luis Mandoki titulada Fraude: México 2006, que narra el prolongado y a la postre exitoso esfuerzo por evitar que Andrés Manuel López Obrador fuera presidente de la República. Su publicidad propone el desafío a que se refiere el título de esta columna: Atévete a ver la verdad. Mandoki ha sido un triunfador en la industria cinematográfica. Su primera obra, realizada mientras estudiaba cine en Londres, fue premiada en Cannes en el rubro de cortometrajes, en 1976. De vuelta en México, en 1980 su película El secreto obtuvo el Ariel de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas. Luego emprendió una cinta sobre Gaby Brimmer, una joven afectada por la parálisis cerebral desde su nacimiento, que sólo podía expresarse trazando letras con el pulgar de su pie izquierdo. La historia, abordada también en la literatura por Elena Poniatowska, llevó a Mandoki al cine de Hollywood, donde permaneció quince años. La película de su debut estuvo en las ternas del Óscar de 1987, y de los Globos de Oro. Desde el sitio que ganó en la sede de la más notoria cinematografía, Mandoki dirigió a estrellas como Susan Sarandon, Paul Newman, Meg Ryan, Kevin Costner, Kevin Bacon y Jennifer López. Precedido por esa fama volvió a México para hacer Voces inocentes, una intensa narración sobre los niños protagonistas y víctimas de la guerra en El Salvador, que obtuvo el Oso de Cristal en el Festival de Berlín, y el premio Stanley Kramer. Igualmente, Mandoki fue galardonado como el mejor director de 2005 por la Cámara de la Industria Cinematográfica. Cuando concluía Voces inocentes Mandoki percibió con interés el encono con que se perseguía a López Obrador, al grado de pretender (y lograr) su desafuero. Se acercó entonces al Jefe de Gobierno y entablaron desde entonces una relación de confianza que se concretó, en el arte de Mandoki, en una serie de documentales bajo el título común de ¿Quién es el señor López?, cuyo propósito al contestar esa pregunta era combatir las mil mentiras que se esparcían por doquier respecto de la personalidad y los objetivos del político tabasqueño. Fue un éxito de comunicación política, pues se imprimieron y vendieron dos millones de ejemplares en DVD, que fueron vistos por un número todavía mayor de personas. Mandoki siguió la campaña electoral puntualmente, y a efecto de obtener una visión lo más amplia posible de la jornada electoral y los cómputos distritales, el cineasta laureado instó a ciudadanos a que provistos con sencillas cámaras de video atestiguaran lo que ocurriera entonces. El resultado de una buena parte de esos logrados empeños es uno de los pasajes más elocuentes del documental concebido y armado por Mandoki, pues evidencia contra todo desmentido el afán de funcionarios del IFE y representantes de Acción Nacional por evitar que se cumpliera la ley y se abrieran los paquetes electorales allí donde se apreciaban errores notorios en la confección de las actas, en cuya manipulación consistió buena parte del fraude que dio título al documental. Se integraron al mismo, igualmente, escenas de información real difundida por la televisión. Si bien el desarrollo de la historia está marcado por la narración que hizo López Obrador a Mandoki, es la gente quien protagoniza la cinta. La presencia popular es dominante en las varias fases del combate contra López Obrador, ya sea durante las marchas y concentraciones multitudinarias en el Zócalo como en los momentos iniciales de la resistencia civil. Con razón, al ver a esas personas tristes por el desenlace pero al mismo tiempo resueltas a no dejarse dominar pos decisiones tramposas, López Obrador se niega a inducir una respuesta violenta pues como dirigente político, según dice ante la cámara, no tiene derecho a poner en riesgo la vida de las personas. Reflexivo enemigo de la violencia, López Obrador razona su opción por la vía pacífica.
Para la realización de la cinta, Mandoki integró con Federico Arreola la compañía Contraelviento films, SA, que con aportaciones de ambos y de mucha gente concluyeron el documental hace algunas semanas. Cuando estaba en su fase final, el director en México de Warner Bros, Juan Manuel Borbolla, interesado en que Mandoki retomara el megáfono para una cinta comercial, se interesó también en distribuir el documental que ya se llamaba tal como hoy se le verá en la cartelera: Fraude: México 2006. Hasta anticipó a los productores dos millones de pesos, diez por ciento de la cantidad que esperaba recaudar. Pero cuando se vio aparecer en la pantalla a los jefes superiores de Televisa, Emilio Azcárraga y Bernardo Gómez, Borbolla se atuvo al criterio de Fernando Pérez Gavilán, director de Videocine, la filial del consorcio en ese ramo, y canceló su compromiso de hacer ver la película al público mexicano. Otros distribuidores, en cambio, percibieron el potencial del trabajo de Mandoki, sus colaboradores inmediatos y la cauda de ciudadanos que aportaron sus imágenes, y resolvieron difundir la cinta a través de los consorcios de la exhibición, para lo cual grabaron doscientas copias que podrán ser vistas a partir de hoy en toda la República. Quienes la vean lo harán con provecho, cualquiera que sea su posición ante López Obrador o ante el fraude. Será especialmente importante para quienes, a lo largo del último año han descreído, en número creciente según encuestas, de la pureza del proceso electoral y de su resultado.
Hoy se estrena en las cadenas de cine comercial la película de Luis Mandoki titulada Fraude: México 2006, que narra el prolongado y a la postre exitoso esfuerzo por evitar que Andrés Manuel López Obrador fuera presidente de la República. Su publicidad propone el desafío a que se refiere el título de esta columna: Atévete a ver la verdad. Mandoki ha sido un triunfador en la industria cinematográfica. Su primera obra, realizada mientras estudiaba cine en Londres, fue premiada en Cannes en el rubro de cortometrajes, en 1976. De vuelta en México, en 1980 su película El secreto obtuvo el Ariel de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas. Luego emprendió una cinta sobre Gaby Brimmer, una joven afectada por la parálisis cerebral desde su nacimiento, que sólo podía expresarse trazando letras con el pulgar de su pie izquierdo. La historia, abordada también en la literatura por Elena Poniatowska, llevó a Mandoki al cine de Hollywood, donde permaneció quince años. La película de su debut estuvo en las ternas del Óscar de 1987, y de los Globos de Oro. Desde el sitio que ganó en la sede de la más notoria cinematografía, Mandoki dirigió a estrellas como Susan Sarandon, Paul Newman, Meg Ryan, Kevin Costner, Kevin Bacon y Jennifer López. Precedido por esa fama volvió a México para hacer Voces inocentes, una intensa narración sobre los niños protagonistas y víctimas de la guerra en El Salvador, que obtuvo el Oso de Cristal en el Festival de Berlín, y el premio Stanley Kramer. Igualmente, Mandoki fue galardonado como el mejor director de 2005 por la Cámara de la Industria Cinematográfica. Cuando concluía Voces inocentes Mandoki percibió con interés el encono con que se perseguía a López Obrador, al grado de pretender (y lograr) su desafuero. Se acercó entonces al Jefe de Gobierno y entablaron desde entonces una relación de confianza que se concretó, en el arte de Mandoki, en una serie de documentales bajo el título común de ¿Quién es el señor López?, cuyo propósito al contestar esa pregunta era combatir las mil mentiras que se esparcían por doquier respecto de la personalidad y los objetivos del político tabasqueño. Fue un éxito de comunicación política, pues se imprimieron y vendieron dos millones de ejemplares en DVD, que fueron vistos por un número todavía mayor de personas. Mandoki siguió la campaña electoral puntualmente, y a efecto de obtener una visión lo más amplia posible de la jornada electoral y los cómputos distritales, el cineasta laureado instó a ciudadanos a que provistos con sencillas cámaras de video atestiguaran lo que ocurriera entonces. El resultado de una buena parte de esos logrados empeños es uno de los pasajes más elocuentes del documental concebido y armado por Mandoki, pues evidencia contra todo desmentido el afán de funcionarios del IFE y representantes de Acción Nacional por evitar que se cumpliera la ley y se abrieran los paquetes electorales allí donde se apreciaban errores notorios en la confección de las actas, en cuya manipulación consistió buena parte del fraude que dio título al documental. Se integraron al mismo, igualmente, escenas de información real difundida por la televisión. Si bien el desarrollo de la historia está marcado por la narración que hizo López Obrador a Mandoki, es la gente quien protagoniza la cinta. La presencia popular es dominante en las varias fases del combate contra López Obrador, ya sea durante las marchas y concentraciones multitudinarias en el Zócalo como en los momentos iniciales de la resistencia civil. Con razón, al ver a esas personas tristes por el desenlace pero al mismo tiempo resueltas a no dejarse dominar pos decisiones tramposas, López Obrador se niega a inducir una respuesta violenta pues como dirigente político, según dice ante la cámara, no tiene derecho a poner en riesgo la vida de las personas. Reflexivo enemigo de la violencia, López Obrador razona su opción por la vía pacífica.
Para la realización de la cinta, Mandoki integró con Federico Arreola la compañía Contraelviento films, SA, que con aportaciones de ambos y de mucha gente concluyeron el documental hace algunas semanas. Cuando estaba en su fase final, el director en México de Warner Bros, Juan Manuel Borbolla, interesado en que Mandoki retomara el megáfono para una cinta comercial, se interesó también en distribuir el documental que ya se llamaba tal como hoy se le verá en la cartelera: Fraude: México 2006. Hasta anticipó a los productores dos millones de pesos, diez por ciento de la cantidad que esperaba recaudar. Pero cuando se vio aparecer en la pantalla a los jefes superiores de Televisa, Emilio Azcárraga y Bernardo Gómez, Borbolla se atuvo al criterio de Fernando Pérez Gavilán, director de Videocine, la filial del consorcio en ese ramo, y canceló su compromiso de hacer ver la película al público mexicano. Otros distribuidores, en cambio, percibieron el potencial del trabajo de Mandoki, sus colaboradores inmediatos y la cauda de ciudadanos que aportaron sus imágenes, y resolvieron difundir la cinta a través de los consorcios de la exhibición, para lo cual grabaron doscientas copias que podrán ser vistas a partir de hoy en toda la República. Quienes la vean lo harán con provecho, cualquiera que sea su posición ante López Obrador o ante el fraude. Será especialmente importante para quienes, a lo largo del último año han descreído, en número creciente según encuestas, de la pureza del proceso electoral y de su resultado.