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México, DF, 28 de marzo de 2007.
Servicio informativo núm. 42
Sumario:
I. Propios y extraños coinciden en la vitalidad mostrada por el movimiento lopezobradorista
II. Recuperar la educación como un derecho de todos y no como un privilegio de pocos, demanda Raquel Sosa
-----------------------------------------PROPIOS Y EXTRAÑOS COINCIDEN EN LA VITALIDAD MOSTRADA POR EL MOVIMIENTO LOPEZOBRADORISTA
A escasos días de haber concluido la Segunda Asamblea de la Convención Nacional Democrática (CND), sus resultados y en particular la expresión de vitalidad que el movimiento lopezobradorista mostró el pasado domingo 25 de marzo han motivado la atención de analistas políticos y articulistas de la prensa mexicana.
A pesar del cerco informativo y de la tendencia a la tergiversación de la realidad, propios y extraños han tenido que reconocer lo evidente: Andrés Manuel López Obrador y el movimiento que lidera han conseguido remontar obstáculos mediáticos, acosos policiacos y golpeteos gubernamentales, y acrecientan su influencia en capas importantes de la población.
Servicio de Noticias ISA ha recogido fragmentos de algunos de estas opiniones vertidas en las páginas de la prensa mexicana.
Magdalena Gómez, articulista de La Jornada, publicó el 27 de marzo su colaboración “El reto organizativo de la CND”. En ella señala: “Culminó la segunda Convención Nacional Democrática (CND) con una amplísima participación y logrando, en lo general, el objetivo señalado por Andrés Manuel López Obrador: realizar ‘un balance de nuestras decisiones políticas y, desde luego, acciones, en el contexto de nuestro propósito general de transformar a México, proteger el pueblo y defender el patrimonio de la Nación’, para más adelante evaluar:
“A estas alturas está muy claro que era inaceptable un esquema de ‘pacto político’ con los orquestadores del virtual golpe de Estado, como reiteró AMLO en su intervención de cierre en la CND, así como quedarse a esperar que llegaran otras elecciones. Por tanto, se constituyeron la Convención Nacional Democrática y el ‘gobierno legítimo’ de México. También hay evidente consenso en la necesidad de sostener una transformación en el país y el sentido de la misma”.
Como lo señala el título de su artículo, Magdalena Gómez pone el énfasis en las limitaciones organizativas del proyecto lopezobradorista y plantea un cúmulo de interrogantes que están en espera de ser resueltas: “para los perredistas, ¿ser parte de la CND es lo mismo que ser parte del partido? Si ello es así, ¿cómo abordar desde el partido las tareas militantes que se han perdido para activarse sólo en tiempo electorales? Si consideramos que la mayor parte de los integrantes o afiliados a la CND no son militantes del partido, ¿cuál es la tarea organizativa, más allá de sacar credencial como representante del gobierno legítimo? ¿Estamos de acuerdo en que esa tarea de afiliación no convierte en redes a quienes desde un mismo sitio se afilian individualmente? Además de recibir la visita de AMLO en los municipios y dialogar con él, ¿desde dónde y cómo se articulan proyectos de movilización en torno de las demandas estatales y municipales? ¿Qué hay con la política de alianzas con grupos u organizaciones ya constituidas, tanto a escala nacional como estatal, municipal e inclusive comunitario?”.
La articulista de La Jornada concluye señalando: “Los saldos de la segunda convención muestran un claro espectro de propuestas antineoliberales y que el liderazgo político de AMLO está firme, pese a la campaña mediática en su contra, pero también alertan sobre la necesaria atención al flanco organizativo”.
Especialmente significativos resultaron los espacios editoriales de Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva, del 26 de marzo, ambos periodistas y directivos del diario Milenio, rotativo que ha sido claramente crítico hacia el lopezobradorismo.
El primero afirmó: “Si bien López Obrador y el perredismo siguen teniendo su principal santuario en la capital del país, no puede soslayarse el hecho de que en la demostración de ayer participaron feligreses de Quintana Roo, Durango, Zacatecas, Veracruz, Oaxaca, Sinaloa y del Estado de México, ni es poca cosa que también marcharan sindicalistas independientes y universitarios… como sea, ‘El Peje vive y la lucha sigue’. Suponer lo contrario es apostar a perder”.
Y Ciro Gómez Leyva aseveró: “Fue un buen fin de semana para la CND. En primer lugar, porque nos demostró a los escépticos que el liderazgo de AMLO sigue ahí. No en los rangos de otros tiempos, pero el tabasqueño reapareció en la capital con más vitalidad y parque del que algunos suponíamos.
Un día después, en el mismo diario Milenio, el dirigente perredista Ricardo Monreal recoge las opiniones de Marín y Gómez Leyva para sustentar su propia evaluación de la jornada dominical del movimiento lopezobradorista.
Monreal glosa así las opiniones de sus colegas de medio informativo: “Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva han sido puntuales y puntales en el monitoreo del movimiento de López Obrador. Específicamente en ese contraflujo del desencanto que la protesta poselectoral generó en diversos sectores de la sociedad. Pero la realidad es la realidad y ayer ambos coincidieron en su valoración sobre la Convención Nacional Democrática y el papel de AMLO. ‘Es su voto duro’, dirán los rudos. ‘No vuelve a juntar 15 millones de votos’, dirán los miopes. ‘Va de salida’, dirán los de la entrada. ‘No hace sombra’, dirán los asoleados por el sol azteca. El hecho es que uno de cada tres votantes sigue pensando que el 2 de julio hubo fraude. Y uno de cada cuatro volvería a votar por la fórmula AMLO-Coalición por el bien de todos”.
El ex gobernador zacatecano agrega en su comentario: “La CND es la mejor prueba de que el movimiento ciudadano y López Obrador siguen allí. Ni los yerros propios —que por supuesto los hubo—, pero ante todo ni el cerco informativo, ni el avasallamiento legislativo, ni los libros blancos sobre el 2 de julio han podido sepultarlo, marginarlo, olvidarlo. Esto es más que un voto duro. Es un voto refractario, blindado y resistente. Resistencia, en efecto, es el nombre del juego. Resistencia es la matriz de la izquierda social. Resistencia es la materia prima de una oposición electoral seria y creíble. Resistencia es el resorte para seguir adelante”.
“¿Basta con la sola resistencia? No, por supuesto. Hace falta construir allí donde intentaron demoler. Cimentar allí donde sólo se abrió una zanja. Enyesar las fisuras. Reforzar las columnas. Elevar lo que ahora se mueve a ras de tierra… Un segundo piso para la izquierda mexicana. Hacia allá apuntó la CND”, concluyó.
Por su parte y muy en su estilo, la senadora de la República y luchadora social Rosario Ibarra de Piedra, al aludir a la aprobación de leyes que tienden a privatizar la seguridad social, dio su punto de vista sobre la asamblea de la CND: “La multitudinaria asamblea de la Convención Nacional Democrática, que llenaba el zócalo y las calles aledañas, alzaba sus voces airadas contra las leyes infames. Su grito unánime en contra del hurto que pretenden llevar a cabo los malhechores llamados ‘de cuello blanco’ y la ‘legalización’ de la crueldad, más que un grito, semejaba el rugido de miles de leones dispuestos a defender lo suyo, a luchar por su espacio, a proteger la vida de sus cachorros [...] Apretada aquella multitud sólo se movía para alzar las manos, para encrespar los puños, para asentir en el enorme consenso colectivo que anhela el cambio verdadero, que busca con ansia el fin de la hipocresía de los gobiernos atrabiliarios y ensoberbecidos que nos oprimen, que nos roban, que pretenden despojarnos de la riqueza que pertenece a todos.
“No molestaban los rayos candentes del sol, ni la fatiga, ni el hambre. La atención estaba puesta toda en las palabras que allí se escuchaban y que fueron iniciadas y rubricadas con el canto melodioso de miles de voces que brotaban de las filas de la muchedumbre. Entre todos intercambiaban opiniones, hablaban quedo los que inquirían por algo y también hablaban quedo los que daban opiniones o consejos. Era ‘la voz del pueblo’ que fluía, era el lenguaje sencillo de los humildes que los ricos encaramados en el poder creen tontos...”.
Rosario Ibarra aporta en su artículo-crónica la visión de quienes por cientos de miles asistían al cierre de los trabajos de la Segunda Asamblea de la CND:
“En medio de aquel coloquio gigantesco, junto a aquellos diálogos esperanzadores, se me acercó una anciana de gesto bondadoso, de sonrisa dulce, de palabra suave. ‘Oiga doña —me dijo—, ¿piensa usted que les vamos a creer a éstos? ¿Serán tan tontos que puedan imaginar que creeremos todo lo que dicen y lo que escriben? Nomás fíjese que el señor ese que dice que es el presidente dice también que lucha contra el narco y remata con que le tiene miedo. Y fíjese nomás... ¿Cómo vamos a creerle si dice tamañas mentirotas?’”.
-------------------------------------------RECUPERAR LA EDUCACIÓN COMO UN DERECHO DE TODOS Y NO COMO UN PRIVILEGIO DE POCOS, DEMANDA RAQUEL SOSA
“Es indispensable volver al tema de la educación como derecho, que está en nuestro texto constitucional” ha argumentado Raquel Sosa Elízaga, secretaria de Educación, Ciencia y Cultura del Gobierno Legítimo de México, en su ponencia “La responsabilidad del Estado en la educación”, misma con la que ha iniciado un debate público sobre el tema a través de la página de internet www.secc.gobiernolegitimo.org
Como parte de las actividades que impulsa la secretaría a su cargo, la funcionaria lopezobradorista ha lanzado la invitación abierta a que se participe en este foro en el ciberespacio y ha tomado la palabra ella misma para proponer el primer tema a debate.
Así, Sosa Elízaga ha señalado que “en los años neoliberales ha buscado imponerse el olvido de las responsabilidades sociales del Estado. La educación ha pasado en el discurso oficial a convertirse en una oportunidad, un servicio para el que se requiere tanto un pago como un condicionamiento. Por eso es indispensable volver al tema de la educación como derecho, que está en nuestro texto constitucional”.
Al respecto, la encargada de la política educativa lopezobradorista ha agregado: “En el artículo tercero de nuestra Constitución política se establece que la educación es un derecho y que es obligación del Estado impartirla. Esto quiere decir que todos los hombres y mujeres que habitan en el territorio nacional deben tener acceso a la educación y que no puede haber nada que restrinja ese derecho”.
“Este derecho es, por tanto, universal, es decir, debe ser ejercido por todos, sin distinción de condición económica o social, religión, ideología e, incluso, origen nacional o étnico. Y para ejercer ese derecho, los ciudadanos, hombres y mujeres, no deben entregar a cambio pagos, trabajo o cualquier otra forma de condicionamiento”.
Más adelante ha abundado sobre el tema al afirmar: “La existencia de un derecho universal significa que la educación debe tener una cobertura total. Si existen personas que no tienen acceso a la educación, se incumple con el texto constitucional. No hay ninguna razón que justifique, por ejemplo, que más de 6 millones de personas en el país no puedan leer y escribir, porque el Estado no se ha hecho cargo de su educación o no hay escuelas suficientes, o que más de 32 millones no hayan concluido sus estudios básicos. La educación que imparta el Estado, afirma nuestra Constitución, será democrática, y con ello entendemos que la democracia no es solamente un asunto electoral, sino un sistema de vida. A través de la educación deben formarse ciudadanos libres, que ejerzan sus derechos y exijan su cumplimiento”.
Raquel Sosa insiste en su texto en que “la educación debe ser gratuita. Éste es un concepto que es preciso explicar de manera sencilla, porque los neoliberales han impuesto la idea falsa de que no se valora lo que no se paga, y por tanto, han implementado, de manera ilegal, cuotas a diversos servicios públicos basados en derechos, como son la educación y la salud. La razón por la que esto ocurre hoy es que los gobiernos neoliberales y los grandes intereses económicos que están detrás de ellos afirman que la educación debe ser considerada como un privilegio, una oportunidad —y no un derecho—, y que —desconociendo lo establecido por nuestra Constitución— el servicio educativo debe convertirse en una mercancía, es decir, algo sujeto a las leyes de oferta y demanda, que tiene un precio y que quien lo pague podrá consumir”.
Más adelante, Sosa hace una evaluación de la política educativa de Felipe Calderón e indica: “La pretensión del gobierno espurio es hoy consolidar la educación como una fuente de enriquecimiento de empresas privadas con jugosos contratos con el Estado (véanse los programas de Enciclomedia, del Instituto Nacional de Evaluación, de CENEVAL, y la actuación de la CONALITEG); de asegurar la participación de la cúpula del sindicato magisterial en el control del presupuesto educativo para la realización de actos de corrupción sin freno (véase la actuación del presunto subsecretario de Educación Básica, yerno de la dirigente magisterial); y, sobre todo, sustituir el presupuesto otorgado a las instituciones, por subsidios individuales a los estudiantes para que se incorporen ‘indistintamente’ a escuelas públicas o privadas, con lo que no sólo se elevaría el costo de la educación, se profundizaría el deterioro de las instituciones públicas, sino que se confirmaría la exclusión actual de millones de niños y jóvenes del derecho a estudiar”.
Finalmente, llega al momento de las propuestas y señala: “La educación debe seguir siendo, por ello, nacional, entendiéndose que a través suyo se preserven los valores nacionales; que los objetivos y procedimientos educativos se atengan al beneficio común y no al de unos cuantos, y que la educación misma sea considerada como parte del patrimonio cultural nacional, un acto de soberanía que no puede ni debe entregarse al extranjero (como ocurre hoy con los programas pactados con el Banco Mundial y la OCDE). El gobierno legítimo, que lucha por que no se atropellen los derechos del pueblo de México, manifiesta que el tratamiento que pretende dársele a la educación es contrario y violatorio de nuestra Constitución, y que es preciso recuperar el sentido, el contenido y la práctica de una educación pública concebida como derecho democrático y como ejercicio de soberanía por millones de mexicanos que, desde hace más de un siglo, conquistaron para todos los que vinieran después, que el Estado, en su carácter de representación de los intereses de la sociedad, se haga cargo de asegurar que todos reciban educación pública, gratuita y de calidad. Eso es lo que denominamos la responsabilidad social del Estado”.