EL DESPERTAR A LA TRISTE REALIDAD
GUSTAVO BUENROSTRO
Millones de mexicanos que creyeron que eran ciertas las promesas de Felipe Calderón, Candidato de la Derecha y hoy Presidente espurio de México, han despertado muy pronto a la amarga y triste realidad: es imposible que en México exista un equilibrado y justo desarrollo social en tanto no se modifique, de fondo, el modelo económico sobre el que, a fuerza de imposición, se quiere que millones de mexicanos obtengan cada día lo mínimo necesario para sacar adelante a sus familias.
Tenemos que reconocer, como una verdadera Nación solidaria, que desde que comenzó a aplicarse en México la política económica neoliberal se abandonó la actividad productiva y no hay empleos en el país. En tanto no haya tal reconocimiento, la mayoría de los mexicanos seguirán pagando injustamente el precio que significa imponer y mantener un modelo económico que enriquece a unos cuantos en perjuicio de la mayoría.
Ya en el pasado mes de diciembre el actual Gobierno Federal espurio en conjunto con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, inició el reciente ataque frontal contra la economía popular y estableció un incremento de un peso con ochenta centavos al raquítico salario mínimo de los mexicanos que según señala la Constitución Política de México en su artículo 123 fracción A inciso VI debería ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural. ¡Nada mas falso!.
Con el actual salario mínimo, alcanza para adquirir apenas 16 por cientode lo que un trabajador podía comprar hace dos décadas con el mismo sueldo; es la remuneración que ha sufrido el mayor, más grave y drástico deterioro de toda América Latina (según recientes declaraciones de organizaciones obreras como la CTM, la CROC y el Congreso del Trabajo).
Diversas investigaciones del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad Obrera de México (UOM), del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal) y del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) coinciden en que este sueldo incumple totalmente el fin constitucional para el que fue creado y revelan que el poder adquisitivo de los mexicanos se ha desplomado en tal magnitud, que a este ritmo tardaríamos 30 años en recuperar el nivel de compra que se tenía en los años 70.
El actual salario mínimo se ubicó en 48 pesos con 67 centavos para la zona geográfica A; en 47.16 para la B, y en 45 pesos con 81 centavos para la C (a la que pertenece increíblemente el Estado de Querétaro), alcanza en promedio para comprar apenas 700 gramos de carne de res de regular calidad o un kilo 300 gramos de pollo, es decir, sólo permite comprar uno o dos productos básicos al día, no más.
Pero frente a la realidad que viven diariamente la mayoría de los mexicanos, la sorpresa es que el actual gobierno federal espurio permite y tolera los injustificados aumentos a los precios de la tortilla, las gasolinas, el huevo, la carne de res y el huevo, nulificando con ello el raquítico incremento de 3.9 por ciento a los salarios mínimos.
Es conocido que en el caso del brutal incremento al precio de la tortilla, es producto de la especulación y la manipulación del precio del maíz y provocadas por los tres monopolios que acaparan el mercado nacional desde tiempos de los gobiernos de Salinas y Zedillo: la filial Cargill México –empresa trasnacional que comercializa la mayor parte de los granos básicos en el mundo– Maseca y Minsa.
Hoy, se necesita una cuarta parte del salario y dos horas de trabajo diario para obtener un solo kilo de tortilla. Es decir, que el grave deterioro del nivel de vida de la población es evidente; por ejemplo, se calcula que el 50 por ciento de las calorías en la dieta del mexicano provienen de la tortilla.
El pacto para supuestamente estabilizar el precio de la tortilla es ¡pura demagogia!, ya que la realidad es que ese producto alimentario básico para las familias mexicanas de todas maneras presenta un aumento de 40 por ciento. Lo anterior quiere decir que en que aunque detengan o mantengan el precio de la tortilla en 8.50 pesos, se tiene ya un incremento de 40 por ciento, ¡sí!, ¡un increíble 40 por ciento de incremento! en los 50 días que lleva en el gobierno espurio Felipe Calderón.
Pero, ¡ojo!, los incrementos no han terminado, la escalada de aumentos a la gasolina, el gas, pollo, leche, tortilla y otros productos de primera necesidad, deben sumarse el incremento que en este momento se da a las tarifas de la energía eléctrica y las consecuencias lógicas de esa alza de precio. Los recibos de luz que están por llegar ya vienen también muy altos.
La situación actual ya no puede considerarse como solo una crisis económica momentánea, se trata más bien de un proceso de degradación que afecta principalmente a las personas de más escasos recursos en México, que desafortunadamente son la mayoría.
Ante la actual situación crítica que se vive por la escalada de aumentos de precio a los artículos de primera necesidad, es necesario que todos los gobiernos de las entidades tomen medidas inmediatas que fortalezcan la economía familiar: ¡Deben realizase de inmediato acciones en favor de la gente!.
Gustavo Buenrostro.
Comisionado Político en Querétaro
de la Convención Nacional Democrática.