AL ESPURIO LO MANDARON HASTA LA ENTRADA DEL BAÑO EN NICARAGUA!!
Felipe Calderón ingresó a La Plaza de los No Alineados con los ojos entrecerrados y la barbilla ligeramente levantada. Ataviado con una guayabera blanca, iba acompañado de su esposa Margarita Zavala a la toma de posesión del nuevo mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega. De pronto se puso serio, al descubrir que a él y a su esposa les habían asignado las sillas 17 y 18, lejos de los sitios de honor que ocuparon el venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales, refiere Proceso en su edición 1576.
Al igual que los demás mandatarios, Calderón tuvo que aguardar durante dos horas la llegada de Chávez para que se iniciara la ceremonia; luego fue presentado en el lugar 15 de los 19 invitados especiales y tuvo que soportar otro desaguisado de las edecanes, quienes se olvidaron de él cuando entregaron la Medalla de la Unidad Latinoamericana; Nicaragua Libre.
El presidente de México –país al que históricamente la clase política latinoamericana consideraba el “hermano mayor” de Centroamérica y El Caribe– tuvo que conformarse ahora con presenciar la investidura de Ortega desde esa posición, flanqueado de los mandatarios de la República Árabe Saharaui, Mohamed Abdelaziz, y de la República Dominicana, Leonel Fernández, justo en el extremo opuesto donde su homólogo nicaragüense pronunció su discurso ante 5 mil personas que lo ovacionaban, según informó el jueves 11 la prensa local.
Calderón asistió a la toma de posesión de Daniel Ortega con la intención de retomar el liderazgo regional que México perdió durante el foxismo. Pero su ilusión se hizo triza.: No logró atraer la atención de los mandatarios presentes ni la prensa, destaca el reportaje que publica Proceso este domingo 14 de enero.