Esa es mi GOBERNADORA, así se hace ingao!!!
Llamado a Fox
Amalia Dolores García Medina
6 de Julio 2006
Amalia Dolores García Medina
6 de Julio 2006
Resulta sumamente grave para la credibilidad, no sólo en el proceso electoral, sino de las instituciones electorales, que en el PREP que realizó el IFE el domingo pasado no se hayan contabilizado 11 mil 184 actas que representaban ni más ni menos que dos millones 581 mil 586 votos, y resulta todavía más escandaloso que la mayor parte de esos sufragios eran precisamente para Andrés Manuel López Obrador y que, además, puesto que el PREP cerró con 98.45%, todavía no estuvieran incluidos en ese cómputo más de dos millones de votos.
Paradójicamente, el PREP arrojaba que Andrés Manuel obtuvo el triunfo en tres de las cinco circunscripciones, en 155 distritos electorales, y en la mitad de las entidades federativas, incluyendo las tres con mayor peso poblacional, y, sin embargo, AMLO aparecía con una votación menor al candidato del PAN. El IFE, una vez que Andrés Manuel pidió explicación sobre más de tres millones de votos que no aparecían, ha tenido que aceptar que el comportamiento fue irregular: lo que hemos conocido los ciudadanos en estos tres días posteriores a la elección -por lo menos a mí- nos llenan de indignación y nos generan una duda muy grande sobre la calidad de quien debería ser el árbitro imparcial de las elecciones.
Lo que en el México de hoy queremos es que quien nos gobierne a partir del 1 de diciembre llegue con toda legitimidad y sin una sombra de duda, y por eso resulta un exceso -aunque lo diga la norma- que yendo más allá del derecho que nos asiste a los ciudadanos de tener un cómputo transparente, a cabalidad, una norma secundaria y el propio presidente del Instituto Federal Electoral ordenaran que no se abrieran los paquetes electorales: ¿a qué le temen? La frase popular de que el que nada debe nada teme, pero sobre todo la necesidad de construir confianza, credibilidad y legitimidad, obligan a que no importe el tiempo que se tarde, se cuente voto por voto.
Para quienes vivimos el brutal fraude de 1988, estas horas han resultado indignantes y dolorosas: quienes fuimos miembros del Colegio Electoral, y ahí estaba, entre otros también Vicente Fox, exigimos en San Lázaro que se abrieran los paquetes y que se contaran los votos; recuerdo el día en que bajamos al sótano del recinto para intentar subir esa documentación electoral, y cómo nos lo impidieron cortándonos cartucho: representando al PAN estaban Abel Vicencio, que en paz descanse, Bátiz, Elizondo, Vicente Fox, el demócrata de Guanajuato y del Frente Democrático, estábamos Pablo Gómez, Jesús Ortega, Patricia Olamendi, y yo junto con muchos otros. Con gran impotencia regresamos a la sala de sesiones y fuimos aplastados por el autoritarismo que impuso a Carlos Salinas de Gortari.
A diferencia de 1988, el año 2000, sin ningún regateo, el Presidente Zedillo reconoció que su candidato a la Presidencia y su partido habían perdido la elección, y el IFE, presidido por Woldenberg, actuando con un gran profesionalismo y con amor a México, dieron todos los pasos necesarios, todos, absolutamente todos, para que no quedara ninguna duda sobre el proceso electoral y que el candidato ganador llegara con la autoridad que da legitimidad. Quienes pertenecemos a una corriente de izquierda que entonces postuló a Cuauhtémoc Cárdenas, reconocimos el triunfo del candidato Fox, porque en nuestro país cabemos todos y lo que debe prevalecer es el voto ciudadano y la voluntad popular. Esta contienda se centró, por parte del PAN y de Calderón, en una campaña de miedo y descalificación contra quienes pensamos diferente, y la ciudadanía mostró que quiere un México plural; pero sobre todo, la gente salió a votar deseando que su voto cuente y que eso sea lo que defina quién gana.
Hoy resulta inaceptable ir conociendo la manipulación y el ocultamiento de cifras de estos últimos tres dolorosos días: la herida del fraude de Salinas se vuelve a abrir y la única manera de cerrarla es que, gane quien gane, se esclarezca al triunfador.
Yo llamo al Presidente de la República, como ciudadana, a que así como en 1988 juntos reclamamos que se abrieran los paquetes y se contaran los votos, boleta por boleta, hoy se asuma como demócrata y como estadista; le pido también, como amiga que he sido, que solicite al IFE que se cuenten los votos -no tenemos prisa si lo importante es que salga la verdad- para que el próximo presidente goce de la autoridad con la que él inició su gobierno.
Gobernadora de Zacatecas
Paradójicamente, el PREP arrojaba que Andrés Manuel obtuvo el triunfo en tres de las cinco circunscripciones, en 155 distritos electorales, y en la mitad de las entidades federativas, incluyendo las tres con mayor peso poblacional, y, sin embargo, AMLO aparecía con una votación menor al candidato del PAN. El IFE, una vez que Andrés Manuel pidió explicación sobre más de tres millones de votos que no aparecían, ha tenido que aceptar que el comportamiento fue irregular: lo que hemos conocido los ciudadanos en estos tres días posteriores a la elección -por lo menos a mí- nos llenan de indignación y nos generan una duda muy grande sobre la calidad de quien debería ser el árbitro imparcial de las elecciones.
Lo que en el México de hoy queremos es que quien nos gobierne a partir del 1 de diciembre llegue con toda legitimidad y sin una sombra de duda, y por eso resulta un exceso -aunque lo diga la norma- que yendo más allá del derecho que nos asiste a los ciudadanos de tener un cómputo transparente, a cabalidad, una norma secundaria y el propio presidente del Instituto Federal Electoral ordenaran que no se abrieran los paquetes electorales: ¿a qué le temen? La frase popular de que el que nada debe nada teme, pero sobre todo la necesidad de construir confianza, credibilidad y legitimidad, obligan a que no importe el tiempo que se tarde, se cuente voto por voto.
Para quienes vivimos el brutal fraude de 1988, estas horas han resultado indignantes y dolorosas: quienes fuimos miembros del Colegio Electoral, y ahí estaba, entre otros también Vicente Fox, exigimos en San Lázaro que se abrieran los paquetes y que se contaran los votos; recuerdo el día en que bajamos al sótano del recinto para intentar subir esa documentación electoral, y cómo nos lo impidieron cortándonos cartucho: representando al PAN estaban Abel Vicencio, que en paz descanse, Bátiz, Elizondo, Vicente Fox, el demócrata de Guanajuato y del Frente Democrático, estábamos Pablo Gómez, Jesús Ortega, Patricia Olamendi, y yo junto con muchos otros. Con gran impotencia regresamos a la sala de sesiones y fuimos aplastados por el autoritarismo que impuso a Carlos Salinas de Gortari.
A diferencia de 1988, el año 2000, sin ningún regateo, el Presidente Zedillo reconoció que su candidato a la Presidencia y su partido habían perdido la elección, y el IFE, presidido por Woldenberg, actuando con un gran profesionalismo y con amor a México, dieron todos los pasos necesarios, todos, absolutamente todos, para que no quedara ninguna duda sobre el proceso electoral y que el candidato ganador llegara con la autoridad que da legitimidad. Quienes pertenecemos a una corriente de izquierda que entonces postuló a Cuauhtémoc Cárdenas, reconocimos el triunfo del candidato Fox, porque en nuestro país cabemos todos y lo que debe prevalecer es el voto ciudadano y la voluntad popular. Esta contienda se centró, por parte del PAN y de Calderón, en una campaña de miedo y descalificación contra quienes pensamos diferente, y la ciudadanía mostró que quiere un México plural; pero sobre todo, la gente salió a votar deseando que su voto cuente y que eso sea lo que defina quién gana.
Hoy resulta inaceptable ir conociendo la manipulación y el ocultamiento de cifras de estos últimos tres dolorosos días: la herida del fraude de Salinas se vuelve a abrir y la única manera de cerrarla es que, gane quien gane, se esclarezca al triunfador.
Yo llamo al Presidente de la República, como ciudadana, a que así como en 1988 juntos reclamamos que se abrieran los paquetes y se contaran los votos, boleta por boleta, hoy se asuma como demócrata y como estadista; le pido también, como amiga que he sido, que solicite al IFE que se cuenten los votos -no tenemos prisa si lo importante es que salga la verdad- para que el próximo presidente goce de la autoridad con la que él inició su gobierno.
Gobernadora de Zacatecas
ASI SE HABLA AMLIA QUE SEPAN QUE LOS ZACATECANOS TENEMOS LOS SUFICIENTES PARA HABLAR DE FRENTE Y SIN MIEDO, PERO CON LA PENA PERO NO CREO QUE EL SEMOVIENTE DE FOX ENTIENDA, PORQUE LO POCO QUE TENIA DE CEREBRO SE LO ACABO LA MONA DEL SUSTO (OSEA LA CHACHA QUE SOÑO CON SER UN DIA PRIMERA DAMA)